La Baña, el lago Monumento Natural que intenta sobrevivir a las cenizas de los incendios y las pizarreras

Cuando se cumplen tres meses de los peores incendios de la historia de la provincia leonesa, hemos visitado uno de los rincones más recónditos y protegidos afectados por el fuego: el Lago de La Baña. Situado en el extremo suroccidental de la provincia en una esquina entre la vecina Galicia y Zamora, el valle y Lago de La Baña muestran la cara de la desolación por el fuego, donde prácticamente todo lo que podía haber ardido se ha quemado.

Ubicado en el municipio de Encinedo el Lago de La Baña, con el mismo nombre de la localidad vecina, es una joya natural, protegido por Ley desde 1990 como Monumento Natural, aunque eso no evitó que el pasado mes de agosto un fuego venido de la localidad zamorana de Porto se haya llevado por delante todo, menos la pizarra del entorno y el agua que conservaba el lago. Y el abedular pegado al lago logró salvarse por la resistencia del árbol a los fuegos y la humedad del entorno inmediato del lago.

El panorama para llegar al Lago de La Baña es desolador. Cuando uno deja atrás la gigantesca explotación pizarrera aledaña comienza un camino lleno de color negro se mire por donde se mire. Las últimas lluvias comienzan a dejar ver brotes verdes y los colores otoñales de los abedules que se salvaron y las hojas que solo se secaron sin arder dejan un paisaje tan bonito como inquietante.

El Lago de La Baña lleva años sobreviviendo a un fenómeno al que la Junta de Castilla y León se niega a responder, el de su frecuente sequía anual. Tal y como contó ILEÓN, en el año 2014 el Gobierno autonómico aseguró que iba a estudiarlo encargando un informe, que jamás materalizó pese a haber pasado más de diez años.

El problema del asunto es que todos los estudiosos apuntan a la existencia de las cercanas explotaciones de pizarra como posibles responsables de la sequía habitual del lago, que la Junta intentó contener con un plástico que hoy ya no existe. El asunto volvió a las Cortes de Castilla y León en 2024 a instancias del PSOE, y todos los partidos aprobaron que se investigara. Hasta hoy nada se sabe del nuevo encargo que tenía que hacer la Junta de Castilla y León. Una vez más.

El acuerdo del parlamento autonómico pedía que la Consejería de Medio Ambiente, en manos del cuestionado Juan Carlos Suárez-Quiñones, debería “promover un estudio científico que analice las causas por las que el Lago de La Baña se seca completamente durante varios meses al año, así como a realizar las acciones necesarias para garantizar su protección, conservación y evitar su degradación”. Ahora quizás habría que encargar un estudio que analice la recuperación del este entorno protegido.

Porque además de este espacio la Cabrera ha sido uno de los territorios peor parados en la oleada de incendios de agosto. Además de este de La Baña se vio afectada por los graves incendios de Yeres y Llamas de Cabrera, que sumados la Junta los cifra en más de 26.000 hectáreas en total y más de 1.770 kilómetros de perímetro. Y se llevaron por delante otro entorno de gran importancia natural, el Patrimonio de la Humanidad de Las Médulas.

69 días de 'incendio'

El incendio de Porto-La Baña comenzó el 17 de agosto, y llegó a obligar a evacuar la localidad por la cercanía del fuego, que se quedó a apenas unos metros del pueblo, que fue protegido con improvisados cortafuegos. La gravedad del fuego arrasó cientos de hectáreas, parando en muchas zonas justo donde ya hay explotaciones o escombreras de pizarra y que, evidentemente, no se queman. El incendio arrasó en total 18.128 hectáreas, de las que exactamente 3.500 se atribuyen a la provincia leonesa. De ellas 2.423 fueron hectáreas de matorral, 644 de arbolado, 391 de pasto y 42 hectáreas de otro tipo de superficie. No hay cifras concretas de cuánto del entorno protegido, de 731 hectáreas, ha sido arrasado pero se mire donde se mire se ve negro.

En Zamora este incendio afectó de forma parcial al Parque Natural del Lago de Sanabria, así como a las sierras de Segundera y de Porto, obligando a evacuar más de 15 localidades por la cercanía del fuego y reactivarse en varias ocasiones. Ha sido uno de los incendios más graves de la historia de la provincia zamorana, tras los de la sierra de La Culebra en 2022.

Según la Junta de Castilla y León “este Monumento Natural presenta botánicamente un interés especial, al tratarse de un enclave de la serie supra-mediterránea orensano-sanabriense de abedul”. “Restos de rebollares y abedulares con mezcla de acebos, tejos, serbales, brezos, retamas, arándanos representan una riqueza cromática insuperable”, aseguraba sobre el entorno glaciar el Gobierno autonómico. Ahora todo es básicamente una gama de negros y grises, puntualmente moteados por los abedules.

De todos los carteles puestos por la Junta de Castilla y León sobre el lago, y una laguna aledaña, solo queda uno, de hierro, ya que las demás indicasiones están quemadas. Una icónica pintada de 'El capitalismo solo nos dejará ruinas' se lee al comenzar la ruta de entrada al valle del lago, contraponiendo el contraste del negro de las laderas con el fondo del valle donde el verde crece por la humedad del terreno y el agua que baja del lago. Las primeras nieves en los altos provocan un contraste todavía mayor.

El fondo del Lago de La Baña está completamente turbio, con las cenizas bajando con las lluvias, cuyo rastro permanece en la cercanía del agua, que apenas copa la mitad del espacio máximo de la laguna. En la visita de este medio sí hemos podido ver la presencia de peces en el lago, también de una pareja de patos y hasta un solitario corzo por la zona. El ruido provenía de las cascadas del valle, que ya rugían por el agua de días pasados y las primeras nieves.

El incendio de Porto-La Baña no fue declarado oficialmente como extinguido hasta el 22 de octubre, 69 días después de haber empezado.