Un amplio frente municipal y social ha alertado de manera directa al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico del grave impacto que se cierne sobre el Alto Sil y la Sierra de Gistredo si se acaban construyendo en la zona hasta tres proyectos de macroparques eólicos que desarrolla la multinacional energética Repsol.
Una nota de prensa informa de la reunión que mantuvieron el pasado martes 10 de diciembre representantes institucionales y de la sociedad civil con responsables del Ministerio para manifestar de manera directa y con argumentos su “rechazo unánime” a los proyectos eólicos denominados 'Alto Bierzo-Sil', 'El Páramo' y la ampliación de este último, promovidos todos ellos por Repsol.
Las iniciativas, que en conjunto suman el despliegue de 43 aerogeneradores, están planteadas para su desarrollo en la Sierra de Gistredo y el Alto Sil, un área de alto valor ecológico en la Cordillera Cantábrica, hasta el punto de que lo consideran esencial para la supervivencia del urogallo cantábrico, una especie en muy severo peligro de extinción, ya que de los menos de 300 ejemplares que se han censado en España, más del 80% aparecen en esta zona. No olvidan, tampoco, la aparición en 2017 de un ejemplar muerto en un polémico parque eólico de la provincia, segundo caso en Europa en demostrar una causalidad en su muerte, a pesar de los intentos de la Junta de Castilla y León por que no se conociera con detalle.
Al encuentro con el Ministerio acudieron Alicia García Tejón, alcaldesa de Páramo del Sil; Silvestre Ordoñez Gavela, concejal del mismo municipio; Marcos Leonardo Alonso, alcalde pedáneo de la Junta Vecinal de Páramo del Sil; y representantes de la Plataforma para la Defensa de la Cordillera Cantábrica y Bierzo Aire Limpio, así como una delegación académica.
Un proyecto polémico que avanza
Entre los tres proyectos, destaca el de 'Alto Bierzo-Sil', que propone la instalación de 20 aerogeneradores de 200 metros de altura en plena Sierra de Gistredo. Este proyecto, que evacuaría la electricidad generada hacia la subestación de Peñadrada del Sil atravesando “áreas de gran sensibilidad ambiental”, remarcan en la nota de prensa, se encuentra en un avanzado estado de tramitación. Su futuro depende de la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) que debe emitir la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental antes de febrero de 2025.
Los participantes en la reunión alertaron sobre los “graves riesgos” que estas infraestructuras representarían para la biodiversidad local, mencionando no sólo al urogallo sino también al oso pardo, “debido a la fragmentación de su hábitat y a los impactos directos de estas instalaciones”. Durante la reunión, se destacó que el Alto Sil es un enclave natural único cuyo equilibrio ecológico podría quedar irreversiblemente afectado si los proyectos se materializan. Y señalaron que esta destrucción comprometería el desarrollo sostenible de las comunidades locales, que dependen estrechamente de su entorno natural.
Una comisión para 'afilar' nuevas herramientas en contra
Además, se planteó una situación que tildan de “inquietante” que afecta directamente al municipio de Páramo del Sil: y es que temen que sean ciertas las versiones que señalan que Repsol podría estar condicionando sus inversiones y programas sociales en la comarca de El Bierzo a la aceptación de estos proyectos, lo que “supondría una presión inadmisible sobre el futuro del municipio y de sus habitantes”.
La conclusión de los participantes en el encuentro fue la falta de claridad en la postura del Ministerio respecto a los proyectos. Aunque el ministerio emitirá un dictamen técnico preliminar a través del servicio de valoración ambiental, la decisión final recaerá en el servicio de evaluación de impacto ambiental.
Según la nota de prensa, finalmente se acordó reforzar una comisión de trabajo que explore herramientas legales, sociales y políticas para detener los proyectos. Asimismo, se mantendrán nuevas reuniones en las próximas semanas para consolidar esta causa común y garantizar la protección de la biodiversidad y el desarrollo sostenible de las comunidades locales, que consideran esencial para el futuro de la zona en la preservación de uno de los enclaves naturales más importantes de la Cordillera Cantábrica, frente a los intereses de una gran multinacional energética.