Bierzo Aire Limpio alerta de la instalación de proyectos de reciclaje en El Bayo por su cercanía al pantano de Bárcena

La plataforma Bierzo Aire Limpio ha hecho pública algo así como una enmienda a la totalidad a la implantación en el Macropolígono El Bayo de Cubillos del Sil de dos proyectos industriales: Novolitio para reciclar baterías de litio y Grineo para reciclar palas eólicas y otros productos de fibra de vidrio. El conglomerado alega razones de forma (achacando a la Junta de Castilla y León falta de transparencia en la tramitación) y de fondo (al dudar de la ubicación elegida por su cercanía al pantano de Bárcena, principal fuente de abastecimiento de agua de la comarca berciana, a la que ve en riesgo de convertirse en un “almacén de residuos” y para la que reclama “inversiones y creación de empleo en sectores que beneficien realmente a la población”).

Tras la finalización a primeros de agosto del plazo para presentar alegaciones contra sendos proyectos, la organización ecologista afea que la Consejería de Medio Ambiente de la Junta, liderada precisamente por el leonés Juan Carlos Suárez-Quiñones, “aproveche el verano para abrir el trámite de audiencia, simultaneando ambos procedimientos, independientes entre sí, en las mismas fechas y escoja del plazo más corto posible, dificultando analizar la documentación y obstaculizando así la participación efectiva de los interesados”.

Además, Bierzo Aire Limpio cita la ausencia de informes sectoriales que considera “claves para acreditar las condiciones de autorización” hasta considerar “especialmente relevante la inexistencia” del correspondiente a la Mancomunidad de Municipios. El conglomerado advierte de que el Ayuntamiento de Cubillos del Sil plantea dudas relacionadas con los vertidos de las aguas pluviales a la red. Sostiene que se han subestimado los “efectos acumulativos y sinérgicos con otras industrias contaminantes ubicadas en el mismo polígono El Bayo”, lamenta que “ni se valora la contaminación del aire por varios proyectos en la zona y por el fenómeno de inversión térmica que dificulta la dispersión por el viento” y denuncia el incumplimiento de una directiva comunitaria sobre prevención y control de la contaminación industrial.

Sobre el proyecto Grineo, Aire Limpio habla de “múltiples carencias” a la hora de valorar los riesgos en el estudio de impacto ambiental. Así, señala como ejemplos que “no se identifican ni cuantifican la emisiones del triturado de la fibra de vidrio (...) ni contempla correctamente las condiciones de calidad del aire ni los principios jerárquicos de gestión de residuos establecidos en la normativa”. Al respecto de Novolitio, “tramitado pasmosamente por el procedimiento simplificado”, denuncia la falta de evaluación de “la ecotoxicidad de PFAS (sustancias perfluoroalquiladas), a pesar de su alto potencial contaminante y persistencia en el medio ambiente”.

Desde un prisma más de fondo, la plataforma, que nació significándose en contra de la quema de residuos en la cementera Cosmos de Toral de los Vados, dice defender la importancia del reciclaje, “pero en una medida asumible para todos los territorios y no cargando sobre la comarca berciana los residuos peligrosos provenientes de todo el país”. Y no oculta su “sorpresa” por el anuncio del Ministerio para la Transición Justa de apoyar económicamente con 1,1 millones de euros la iniciativa de Novolitio que “a cambio de ofrecer 20 ridículos puestos de trabajo, pone en riesgo una parte muy relevante del tejido productivo” de la comarca sin obviar la alerta sobre “graves repercusiones sobre el medio ambiente y la salud de la población”.

Por último, Aire Limpio segura que “la deuda adquirida” con los territorios de la denominada Transición Justa (en referencia a aquellos que vieron cerrar minas y térmicas) “no se salda con 'proyectos-vertederoabsurdos', sino con inversiones en sectores clave que compensen la crisis social, ambiental, sanitaria y económica” para sugerir la eliminación de parte de la “sobresaturada red de líneas de alta tensión” o la creación de empleos en una sanidad pública “que acusa la saturación de enfermedades vinculadas a la mala gestión ambiental” hasta concluir con una reflexión y una advertencia: “Que nadie espere que aplaudamos, ataviados con sombrero cordobés y traje de cola, como en la maravillosa película de Berlanga Bienvenido Míster Marshall, una lluvia de millones que vuelve a subvencionar a los mismos que dejaron pobreza y cicatrices sociales y ambientales, despreciando y depreciando el territorio y empobreciéndonos aún más (sirva como lamentable ejemplo de esta deriva, el justiprecio, menguante a lo largo de los años, ofrecido a los propietarios de la nueva y tan cacareada ampliación del polígono industrial del Bayo)”.