Caen las torres de Compostilla como símbolo del fin de la riqueza industrial y minera del Bierzo
A las doce del mediodía horas sonó, puntual, la primera detonación en la central térmica de Compostilla II, en Cubillos del Sil, en la comarca del Bierzo en León.
Con ella cayó la primera torre de refrigeración, la del grupo 5. Un segundo después, una segunda explosión acabó con la torre del grupo 4. La tercera y última detonación tuvo lugar seis segundos después, para hacer caer la chimenea del grupo 3.
Después el silencio. Con él una sensación de tristeza entre todos los bercianos, que han visto desaparecer en apenas ocho segundos, y con 220 kilos de explosivos, la imagen que su retina lleva viendo casi medio siglo. Se pone fin a parte de la historia industrial y minera del Bierzo. Aún quedan en pie dos chimeneas.
Centenares de curiosos se apostaron en el entorno de la central y del embalse de Bárcena para ver la caída de uno de los símbolos de la prosperidad económica del Bierzo, que ahora busca un futuro lejos de su pasado minero. Caen con las torres las últimas en pie de las térmicas existentes en toda Castilla y León, mientras ahora continuarán otras fases del desmantelamiento total.
La eléctrica Endesa, que nació precisamente en la comarca y que es la dueña de las instalaciones, fijó este día para la voladura. Hubo dos intentos previos. Ha sido un año de preparación de estas estructuras para su derribo. Un trabajo colaborativo entre Endesa, la compañía portuguesa que se encarga de las labores de desmantelamiento, Recifemetal, y la empresa francesa D4, especializada en explosivos. Ya se encargó, en su día, de la voladura en la otra central berciana, la de Anllares, en Páramo del Sil y de la caldera de la de La Robla.
Los trabajos de preparación comenzaron en junio de 2022, con la labor de 80 operarios. Una parte de ellos especializados en la retirada de amianto, presente en las torres de refrigeración, que se retiró bajo unas fuertes medidas de seguridad, con trabajos dentro de burbujas, para evitar la propagación de este material peligroso. También se eliminaron plásticos y estructuras interiores. La parte final fue la de realizar perforaciones estratégicas, tanto en las torres como en la chimenea, para que nada fallase en el momento de la voladura.
Un trabajo complejo, en el que los expertos tuvieron en cuenta todas las variables, como las vibraciones generadas por la explosión y el choque contra el suelo, las proyecciones de material o la dispersión del polvo, que se mitigó con un cañón de niebla y una cortina de agua.
Las torres de refrigeración se construyeron en los años 80 del pasado siglo. Cada una de ellas tenía una altura de de 110 metros, con un diámetro de 80 metros en la base y 50 metros en la coronación, según los datos facilitados por Endesa. La chimenea data de los años 70, con 120 metros de altura y un espesor de 50 centímetros en la base y 20 centímetros en la parte más alta. Su diámetro variaba entre los 10 metros de la base y los 6 en la coronación. Para la voladura se han utilizado 100 kilos de explosivos para cada torre de refrigeración y 20 kilos para la chimenea
Las empresas encargadas decidieron reducir al máximo estos explosivos, ya que a muy pocos metros se encuentra una subestación eléctrica, que ha sido necesario proteger. Por eso se instalaron acelerómetros para medir las vibraciones, que, no obstante, siempre suelen ser más bajas que las calculadas previamente por los expertos. También se abrió una zanja entre la central y la subestación eléctrica.
La siguiente parte del trabajo comienza ahora y será retirar todos los escombros. La política de Endesa, desde que comenzaron los trabajos de desmantelamiento, es apostar por la valorización de residuos a través de la economía circular. Se recuperará el 90 por ciento de todos los residuos generados en este desmantelamiento.
“Nula implicación” de la Junta, según UPL
La Unión del Pueblo Leonés denuncia la “nula implicación” de la Junta de Castilla y León para evitar el derribo de las torres de refrigeración y la chimenea del grupo 3 de la central de Compostilla II, en Cubillos del Sil.
La formación leonesista no entiende que la única justificación del Gobierno autonómico haya sido “el alto coste de mantenimiento” de esas estructuras. “Así cae un símbolo del potencial industrial de la comarca berciana y que supone una vergüenza que lo permitan desde la Junta y con la connivencia del Gobierno de España tras el cierre precipitado del sector sin aportar alternativas para la zona. Desde la formación leonesista nos hemos mostrado en contra de este derrumbe”, dice la UPL.
Este es un ejemplo más, según UPL, del “aislamiento, envejecimiento y olvido” al que los gobiernos de España y de Castilla y León someten al Bierzo y a León. “Desde UPL reconocemos que es una pena que no se mantengan estas dos torres de refrigeración que, junto al Pozo Julia y el lavadero de La Recuelga podrían convertirse en un recorrido turístico para dar a conocer todo lo que fuimos”.
Esa opción turística se podría complementar con la instalación de actividades económicas para toda la comarca. “Si bien, la falta de compromiso de los gobiernos nacionales y autonómicos ha provocado la desaparición de estos elementos característicos de la comarca en esta jornada”, finaliza.
“Atentado” para Bierzo Ya
La plataforma ciudadana ‘Bierzo Ya’, que ha intentado durante más de seis meses que se mantuvieran en pie las torres y chimeneas de la central térmica de Compostilla II, en Cubillos del Sil, lamenta su derribo y tacha esta voladura de “atentado”.
El colectivo recibió esta misma mañana la última respuesta de los Juzgados de Ponferrada, en la que, de nuevo, se denegaba la paralización de esa demolición. El portavoz de la plataforma, Antonio López, responsabiliza a la eléctrica Endesa y a la Junta de Castilla y León de las consecuencias de esta voladura, ya que creen que puede provocar nuevas fisuras en el muro de contención del pantano de Bárcena, que ya tiene grietas. “Una explosión de tal calibre produce vibraciones ,existiendo ya filtraciones constatadas en dicho muro”, asegura la plataforma.
‘Bierzo Ya’ se pregunta también qué consecuencias traerán las cenizas que se depositarán en el fondo del pantano, de donde se abastece de agua la ciudad de Ponferrada. También denuncia que no existen estudios geológicos sobre los efectos de la voladura.
“Hoy es un día triste para la comarca y para muchos de aquellos que habitamos en ella. Endesa o lo que queda de ella, nos ha dado la estocada final, nos traen más miseria de la actual, con desguaces de baterías y vertederos de eólicas, con lo que ello trae que no es otro que contaminación de aguas subterráneas cercanas al pantano de Bárcena”. finaliza