La Real Academia Galega define a la palabra ‘cantareira’ como “muller que canta cantigas populares. Que emite un son agradable e melodioso”. Es decir, aquellas mujeres que se dedicaban a cantar canciones populares o coplas. Para ello se ayudaban de la percusión, de pandeiras o cualquier otro elemento que les permitiese hacer un sonido melodioso para acompañar su voz. Esta figura fue muy tradicional en la cultura gallega de antaño, pero también en muchas zonas en El Bierzo, donde las cantareiras animaban los filandones y las fiestas con sus cánticos. Recuperar esa tradición es el objetivo que persigue el grupo que se acaba de formar en el seno de la Asociación Cultural Abelladeira del Bierzo.
Se trata de 15 mujeres que tocan el pandeiro, así como otros elementos, y que están recuperando algunas de las coplas de la tradición oral que se están perdiendo con la desaparición de las generaciones que les dieron vida. A ellas se suman tres hombres, porque éste es un grupo mixto, según explica a Ical Iria Simón. “Aunque el nombre es en femenino, porque es lo más típico, no es un grupo de mujeres. Somos un grupo mixto y también tenemos chicos cantando. Y cuantos más vengan mejor porque da pie a otras tonalidades. Cantamos juntos y complementamos voces”, dice.
Simón, gallega de nacimiento y berciana de adopción, conoce muy bien esta figura. “Son básicamente mujeres que actuaban en los filandones, tocaban la pandereta, percusión menuda, latas, platos o pandeiro y cantaban coplas”, explica. “Decidimos crear este grupo con un doble objetivo. Por un lado disfrutar con la música. Y luego, si podemos recuperar coplas del Bierzo y que no se pierdan y seguirlas cantando, pues mucho mejor. Recuperar la tradición oral”, añade.
Para ello formaron un grupo que ensaya cada semana en el Centro Cívico del barrio ponferradino de La Placa, donde Abelladeira tiene su sede. Y se embarcaron en una aventura que ya les ha permitido incorporar a su repertorio una jota de Noceda del Bierzo. “Hemos ido a Noceda, hemos estado con una señora de allí, de las pocas cantareiras que quedan. Se llama Teresa López y nos fue cantando algunas coplas sueltas y hemos recuperado una jota, la ‘Jota de Teresa’”, cuenta Carmen Fulgueiras, otra de las ‘alma mater’ de esta agrupación. “El resto del repertorio que tenemos actualmente es el que nos trajo nuestro profesor, que él ha recuperado en Galicia. Pero este año nuestro objetivo es seguir incorporando cantares de la zona del Bierzo, especialmente de Balboa o del Valle de Ancares”, puntualiza.
Toda esta riqueza se estaba perdiendo y gracias a iniciativas como ésta las generaciones más jóvenes están descubriendo la historia de su territorio. “Muchas personas, especialmente a partir de 30 años, se están interesando por el tema. Son gente, sobre todo, que les ha tocado irse fuera porque aquí no hay trabajo y vuelve y lo hace con interés de conocer sus raíces, su cultura”, explica Simón, quien lamenta que, por ahora, no están llegando a generaciones por debajo de esa edad. “Sin embargo en Galicia si está habiendo un ‘boom’ entre gente de 18 a 20 años. Quieren aprender a bailar, a tocar, a cantar. Ojalá tengamos la suerte de que esa corriente se vaya contagiando”, desea la cantareira.
Con sus actuaciones pretenden dar visibilidad a esta antigua tradición. “Que lo conozcan porque la gente idolatra cuando en el flamenco se canta por bulerías y se improvisa y no saben que aquí también se hace. Muchas veces en las foliadas o los filandones, cuando se acababan las coplas, las mujeres improvisaban. Es una figura que existe en nuestro folclore pero no se conoce”, lamenta Simón.
En cuanto a esas coplas, su significado va mucho más allá de lo que escuchamos. “Las coplas son la batalla de gallos de la antigüedad. Te camuflan, de una forma muy elegante, lo que le quieres decir al que te anda ‘roneando’, a la amiga o al vecino. Siempre todo enmarcado en los oficios pero siempre con simbología. Tú puedes escuchar una copla y parece que está hablando de ir a cortar la hierba y realmente habla de que me vengas a rondar. Eran toda una declaración de intenciones”, afirma.
Elementos de percusión
Las cantareiras están vinculadas a la música de percusión. Aunque actualmente las panderetas o los pandeiros son los instrumento más usados, antiguamente se utilizaba cualquier elemento con el que se pudiera crear sonido. “Tocaban con lo que había. Antes no podían ir y comprarse una pandereta como ahora, que vamos y cogemos la que más nos guste. Cogían lo que había por casa y hacían sus instrumentos”, narra Fulgueiras.
“Las panderetas se hacían, por ejemplo, con un tamiz. Cuando se te rompía un tamiz y cuando coincidía que se mataba un animal, se aprovechaba la piel para hacerlas. Más adelante se empiezan a ver otras hechas con latas de atún, porque se aprovechaba todo. También se tocaba con un plato y una cuchara o la lata de pimentón”, añade Simón.
Por eso, y con la idea de que sus conciertos se acerquen todo lo posible a la tradición, las cantareiras utilizan en ellos todos estos elementos. “Tocamos la lata de pimentón, el plato con cuchara y con dedal. Tenemos pandeiro, pandeira, pandereta y en alguna canción metemos conchas y botellas de anís. Todo lo que es percusión menuda”, aclara Simón.
Su primer año
Las cantareiras apenas llevan un año en marcha. Su primera actuación tuvo lugar el pasado mes de mayo, coincidiendo con la ‘Gandaina Urbana’ de Abelladeira, una fiesta de sonidos tradicionales que cada año impulsa este colectivo cultural. “Tuvimos mucho éxito”, reconoce Fulgueiras. En verano participaron en las Noches del Puente Romano, en la localidad de Molinaseca, y también acudieron a la ‘Fiesta da pandeira’ que cada año se celebra en la localidad de Piornedo, en la provincia de Lugo. También participaron en las recientes Fiestas de la Encina de Ponferrada y viajaron a Arteixo.
La agrupación invita a todos aquellos que quieran unirse a conocerlas. Lo importante es tener algunas nociones básicas de pandereta, aunque si no las tienen Abelladeira ofrece clases de este instrumento, además de otras aulas dedicadas a la gaita, al tambor, al baile y al cante con percusión. Todas ellas en ese Centro Cívico de La Placa. “Gracias a las actuaciones que hemos hecho hay gente que tiene inquietud y quiere aprender a tocar la pandereta”, finalizan.