Un conflicto de lindes reaviva la polémica entre los Ancares de León y Galicia

Puerto de Ancares (León).

Elisabet Alba

Un conflicto por las lindes reaviva la polémica entre los Ancares de León y de Galicia y divide a los vecinos de la pequeña localidad de Murias de Rao (Lugo). Un terreno que es de la localidad de Suárbol en el término municipal de Candín, aunque con el cambio de mapas del Instituto Geográfico Nacional (IGN) en 1995 se acabó catastrando a nombre del pueblo más cercano, el del Concello lucense de Navia de Suarna.

Lo que se conoce como 'La Cespedosa' está dividida en dos partes, una catalogada como monte en comunal en la parte de Murias de Rao y otra como monte en común en la parte que pertenece a la localidad de Suárbol. A pesar de que los términos son similares, en la práctica su aprovechamiento es completamente diferente. Los montes en comunales son montes públicos pertenecientes a entidades locales, demaniales por razón de su aprovechamiento, mientras que los montes vecinales en mano común son montes privados de propiedad comunitaria.

Ahora, dos vecinos de Murias de Rao han puesto un contencioso a la Junta Vecinal de su propio pueblo para convertir la disputada finca en monte en abertal, una 'privatización' de la propiedad que se pasaría a dividir en participaciones entre los vecinos como si de las acciones de una empresa se tratara, aunque quedarían fuera del reparto siete de ellos. Así, el monte de la localidad gallega sumaría 60 hectáreas que son en realidad del pueblo leonés de Suárbol a las cerca de 1.250 de monte gallego.

Cuál es la peculiaridad del procedimiento: que si se lleva a cabo la 'apropiación' de la finca, Galicia llegaría hasta el puerto de Ancares que en la actualidad es un punto geográficamente leonés, en medio de los pueblos del Ayuntamiento de Candín -con Tejedo a un lado y Suárbol y Balouta al otro-. De esa manera, resultarían perjudicados tanto el pueblo de Suárbol y el municipio de Candín en León por perder territorio, como las familias gallegas que quedan fuera del reparto y se verían obligadas a demostrar que tienen participación en el monte.

En el año 2016, se solicitó el cambio de titularidad de la finca al catastro de Lugo, presentando la documentación pertinente, a nombre de los vecinos de Suárbol. La contestación por parte del catastro fue que el que tenía la última palabra era el alcalde de Navia de Suarna, José Fernández Fernández, que es uno de los dos vecinos que piden ahora cambiar la naturaleza jurídica de dicho monte, sin informar al resto de vecinos de la localidad ni pedirles su opinión, denuncian a este medio.

El juicio se celebrará este próximo jueves 10 de marzo en la Fonsagrada en Lugo, y su resultado podría añadir más problemas entre las comunidades de Galicia y Castilla y León, puesto que terrenos que son de León ahora están metidos en Galicia.

No es el primer conflicto por mover los marcos

“Mover marcos es uno de los deportes gallegos por excelencia. Un deporte sin federación ni reconocimiento, pero que exige un gran despliegue físico”, reconoce el medio gallego La Voz de Galicia en un artículo de hace más de diez años. Por eso, la disputa de 'La Cespedosa' no es el primer conflicto territorial entre las comunidades vecinas.

En junio del año pasado, la Audiencia Provincial de León dio la razón a Servando Romero, vecino de Navia de Suarna, denunciado en 1999 por la Junta de Castilla y León por hacer trabajos silvícolas en parcelas que resultaron ser gallegas.

A la inversa, hace un mes, vecinos y representantes leoneses mostraron su indignación por la atribución de varios medios gallegos de un lago glaciar geográficamente dentro de la provincia de León a la Comunidad de Galicia. Una deportista subió a patinar sobre las aguas congeladas del pozo de Ferreira, que se encuentra en el entorno del pico Cuíña. En sus líneas, se resaltaba que la joven Andrea Ferreiro Gómez, campeona del mundo en hockey línea, se había estado deslizando sobre la superficie de uno de los lagos más altos de la sierra de “Os Ancares”, que “la madre de la deportista es natural de la zona de San Román de Cervantes, en el corazón de Os Ancares, aunque ella se crió en Lugo”, que le gusta ir a pasar los días de descanso a la que fuera la casa de sus abuelos, y que “las raíces de esta lucense explican cómo llegó a patinar sobre el lago más alto de Galicia”. El alcalde de Candín, José Antonio Álvarez Cachón, recordó entonces que “el Cuíña está en León. Pertenece a Tejedo y Suárbol, que son pueblos del Ayuntamiento de Candín, y a Burbia, del Ayuntamiento de Vega de Espinareda”, y exigía “una rectificación”.

Cuando se hizo la carretera entre Candín y Balouta y se arregló la de Navia a Robledo, en 1980, se colocaron las señales que aún hoy delimitan ambas comunidades. Con las coordenadas que estableció el IGN, la provincia de León ocupa 1,5 kilómetros que son de Lugo, según publica el mismo medio gallego, por lo que no parece que estos conflictos por los marcos vayan a ser los últimos.

Sigue la espera por saber si Candín se puede llamar Ancares

El Ayuntamiento de Candín, en el extremo occidental de la provincia de León pegando con Galicia, lleva más de un año de trámites administrativos para saber si puede cambiarse o no el nombre por “Ancares”, como la histórica comarca, el valle en el que se enclava y el río que riega su municipio. Y lo que queda.

El 16 de diciembre de 2020 aprobó en pleno el inicio del expediente, pero no tardó en encontrarse de frente con la oposición tajante de sus vecinos. La Diputación de Lugo, que preside el socialista José Tomé, fue la primera en presentar alegaciones para tratar de frenar lo que consideran un intento de apropiación del nombre que, defiende, abarca también a seis concellos lucenses: Baralla, Becerreá, As Nogais, Pedrafita do Cebreiro, Navia de Suarna y Cervantes que se sumaron a la misiva. La línea argumental fue la misma que siguió la Xunta de Galicia para sumarse a la ofensiva gallega, que agotó el plazo para alegar. Además, se registraron también alegaciones por parte de un particular y una asociación.

El Ayuntamiento de Candín tiene que contestar a las alegaciones y, después, llevar el cambio de nombre a Pleno. Tras aprobarlo, que para eso lo han solicitado ellos y el grupo municipal popular tiene mayoría absoluta en el Consistorio, debatirlo y votarlo en el Consejo Comarcal del Bierzo que tiene la competencia transferida de la administración autonómica.

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