El Consejo Regulador de la Denominación de Origen (DO) Bierzo presentó alegaciones a la solicitud de autorización de concesión administrativa previa y estudio de impacto ambiental de la instalación fotovoltaica Compass II, una planta solar proyectada en terrenos del municipio de Toral de los Vados. El organismo regulador de los vinos en la comarca manifestó su rotunda oposición al proyecto y reclamó que se formule una declaración de impacto ambiental desfavorable por el perjuicio económico que causará a los viticultores que poseen viñedo en esa zona.
Según los responsables del Consejo Regulador, la zona afectada está incluida dentro del ámbito de producción de la DO Bierzo y “atenta contra parajes representativos del viñedo local”. Concretamente, las afecciones se concentran en el paraje de los Fornos, perteneciente a la localidad de Otero de Villadecanes, donde se verán afectadas varias hectáreas de viñedo viejo, con cepas de más de 100 años de antigüedad, advirtieron los representantes de la DO.
En ese sentido, el Consejo Regulador recordó que esas viñas, “conservadas y recuperadas con un gran esfuerzo por parte de los viticultores”, contribuyen a conseguir que el Bierzo posea la mayor extensión de viñedo viejo del mundo. “Ese patrimonio no puede perderse, es una de las señas de identidad de la comarca y de sus vinos, el viñedo viejo y su clasificación son elementos diferenciadores que tiene la DO Bierzo con respecto a otras denominaciones”, recalcaron.
En la misma línea, recriminaron que el estudio de impacto ambiental presentado no valore los perjuicios causados a la actividad agroalimentaria y al turismo vinculado a la misma. Según los responsables de la DO, la planta solar afecta directamente a paisajes agrícolas tradicionales y provoca impactos visuales que pueden llegarse a percibir incluso desde Las Médulas.
Al respecto, lamentaron también el “enorme impacto” sobre los valores paisajísticos y culturales de otro de los grandes motores económicos de la zona, como es el Camino de Santiago. “La incidencia es total puesto que las líneas de evacuación discurren por el trazado del denominado Camino Francés”, apuntaron.
“Daño irreparable”
Aunque aclararon que no se oponen a las energías renovables, los responsables del Consejo Regulador reclamaron poner freno al “despliegue salvaje” de este tipo de proyectos en el territorio y advirtieron del “daño irreparable” que produciría esta instalación en la comarca, al mermar su potencial y atractivo presentes y futuros. “El modelo de desarrollo turístico y de producción agroalimentaria tiene aún un gran recorrido en el área afectada, proporciona trabajo, recursos económicos, afianza la población en el territorio y ofrece grandes posibilidades al desarrollo del enoturismo” destacaron.
En esa línea, reivindicaron que la planificación integral del territorio cuente con la participación de todos los sectores afectados para llegar a soluciones que aboguen por un desarrollo sostenible. “Queremos manifestar nuestra oposición no sólo a este proyecto, sino a cualquiera de los que se están promoviendo para la instalación de plantas de energía fotovoltaica, eólica o eléctrica y que causen un grave perjuicio medioambiental y económico a la comarca”, concluyeron los representantes del Consejo, que recalcaron que “no puede permitirse este atentado contra la industria agroalimentaria y turística que actualmente se posicionan como dos de los principales impulsores de la economía en la zona”.