Un estudio constata que la precariedad social y laboral en el Bierzo rural tiene nombre de mujer
El Centro de Desarrollo Rural (CDR) AFA Bierzo ha realizado una investigación sociológica para diagnosticar y proponer soluciones a la precariedad sociolaboral en las áreas rurales, que tiene nombre de mujer.
El estudio identifica los perfiles particularmente vulnerables a la precariedad: mujeres mayores (de hecho el perfil más vulnerable es mujer de 50 años dependiente económicamente y dedicada a los cuidados familiares), los adultos jóvenes sin educación básica y las mujeres migrantes, especialmente las que trabajan en la economía informal.
Las dificultades para acceder a la vivienda y la falta de transporte público complican su integración laboral y social, apunta el estudio.
El trabajo de campo se desarrolló de abril a junio de 2024 en 18 municipios de la comarca berciana, que suman una población total de 43.193. Todos ellos forman parte de las zonas más rurales.
Elaborado de la mano de la Confederación de Centros de Desarrollo Rural (Coceder), las conclusiones incluyen los datos obtenidos a través de entrevistas con informantes clave de administraciones públicas, organizaciones del tercer sector y empresas, así como los obtenidos mediante las técnicas cualitativas de análisis DAFO y de un grupo de discusión en el que participaron siete personas (cuatro hombres y tres mujeres) que han experimentado la precariedad durante su trayectoria laboral.
El informe destaca la situación de partida, el impacto del cierre de las minas y la situación del mercado laboral local, “marcado por la precariedad, especialmente en sectores feminizados como la hostelería, los cuidados, la limpieza y la agricultura”.
Recoge también una crítica a las políticas públicas, que se perciben como “insuficientes, muy burocráticas y poco eficaces”.
Del lado positivo, las oportunidades de futuro se centran en el turismo rural, la atención sociosanitaria, el empleo verde y la transformación industrial de productos agroalimentarios.
Pero, para aprovechar estas oportunidades, se destacan la necesidad de mejorar la formación profesional, ajustar el sistema educativo a las demandas laborales y fortalecer la coordinación entre la formación y el mundo empresarial.
La apuesta incide asimismo en el cooperativismo e incluso se plantea la posibilidad de contar con una Escuela de Hostelería en el espacio rural.
Destaca además la necesidad de impulsar un desarrollo rural integral que aborde también los problemas de vivienda, transporte y servicios de conciliación.
Del negativo, apunta amenazas como los macroproyectos energéticos y el envejecimiento.