“Lucha nacional contra el marxismo”, causa de la muerte de uno de los 15 'paseados' que buscarán en fosas en el Bierzo

Imagen de archivo de una fosa de represaliados excavada en la provincia de León en el año 2022.

Carlos J. Domínguez

Ponferrada —

Ceferino López Bello, el padre de un huido por el miedo a la represión franquista, que fue torturado hasta la muerte por no desvelar su paradero, enterrado en una zanja junto a unos restos romanos de 2.000 años de antigüedad que asomaron, al igual que su cadáver, en la excavación de un yacimiento de Sánchez Palencia en la década de los 90; al menos cinco milicianos republicanos asesinados en su deambular de Laciana al Alto Sil una vez caído el Frente Asturiano en 1937; Mariano Prada Sobrín, ejecutado en el desvío de un camino del diminuto pueblo de Rimor y cuya causa oficial de la muerte fue literalmente “Lucha nacional contra el marxismo”.

Ellos son alguno de los al menos 15 represaliados por la violencia fascista entre los años 1936 y 1937 en la comarca del Bierzo, en la provincia de León, y que se reparten en cuatro fosas que están a punto de comenzar a desenterrar los miembros de la asociación Sputnik Labrego una vez que culminen los trámites ante la Junta de Castilla y León y reciban los recién aprobados fondos estatales que suman 34.436 euros. El plazo para culminarlos expira dentro de un año, en octubre de 2024.

El colectivo científico gallego, cada vez más activo en la provincia leonesa, ha recibido de buen grado la decisión adoptada la semana pasada por el Consejo de Gobierno autonómico de la Junta del visto bueno final a la financiación, que se repartirá entre los proyectos de Montearenas, junto a la capital berciana de Ponferrada; Rimor, en el mismo municipio; Páramo del Sil; y el Lago de Carucedo, muy cerca del Patrimonio de la Humanidad de Las Médulas, la antigua mina que nutrió de oro al Imperio romano.

Un caso excepcional tras 2.000 años de historia

En este último paraje, en Pedreiras de Lago, los trabajos serán de lo más peculiar, mucho más de lo que habitualmente son las exhumaciones de memoria histórica en las miles de fosas que dejó el franquismo y su violencia sistémica, explica Alejandro Rodríguez. Allí “todo el mundo hablaba del que conocían como 'el muerto de la Guerra Civil'”, Ceferino López, que fue apresado cuando “se acercó a la cantina del pueblo a comprar tabaco” y a pesar de las torturas a las que fue sometido protegió hasta la muerte la información de dónde estaba su hijo huido. Si es que alguna vez lo supo. Le enterraron “al lado de un calero” de su propiedad.

Más de medio siglo después, resultó que en aquel lugar aparecieron los restos de una Domus romana, una antigua vivienda aristocrática que desenterró y documentó en la década de los 90 el arqueólogo titular del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Javier Sánchez Palencia. Él señalizó e hizo constar el lugar donde el cadáver apareció y esa, junto con la memoria del pueblo, es la pista que parece definitiva. Ahora, habrá que complicar “un poco más” los trámites habituales, ya que ha de dar el visto bueno Patrimonio, pero no se prevén problemas para abrir una zanja y recuperar los restos de Ceferino, como ha solicitado su sobrino, ya que “la zona se encuentra en una esquina y no afecta a la restauración de la Domus” que existe en el lugar.

A la orilla de tantas carreteras

Por su parte, en la fosa de Rimor, reclamada también por la familia de Mariano Prada, los indicios del punto a un kilómetro del pueblo en el desvío de la actual carretera LE-5248, en el desvío a una antigua ermita, apuntan a una localización también certera. Si bien Rodríguez sabe por experiencia que “hasta que no se abre nunca sabemos”.

Algo que ya pasó también en el caso de Páramo del Sil, también junto a una carretera local, que “ya está relativamente trabajado” y que se pretende ahora completar en la búsqueda de al menos cinco milicianos, que podrían ser más. En la finca, sin arar, sólo ha habido pasto y eso alimenta la esperanza, cuenta el portavoz de Sputnik Labrego.

Para cerrar la inminente lista de sus trabajos, en las inmediaciones de la N-VI, en Montearenas, aunque bajo el nombre en el proyecto de San Miguel de las Dueñas (Congosto), se calcula que hay otras ocho víctimas esperando, todas ellas sepultadas por vecinos del propio pueblo. La fuente aquí es muy directa: un vecino de 103 años de edad que aún recuerda de manera nítida haber visto en un viaje en bicicleta no una sino dos fosas con los cadáveres, aunque la asociación aquí de momento confía sólo “hacer un sondeo y aclarar hacia qué lado se amplió la carretera” y si eso deja acceso a las zonas con posibles cadáveres. Como siempre, con la colaboración estrecha de Tempos Arqueólogos.

“Esto va de derechos humanos”

Todo está muy avanzado ya y sólo el invierno, y culminar el proceso de información pública de los cuatro proyectos, lo relegará un poco, mientras se obtienen los restantes permisos, “para los que nunca ha habido problemas”, resalta Rodríguez. Él y sus compañeros, que ya llevan largo tiempo trabajando en proyectos como el antiguo Cementerio de Fuentesnuevas de Ponferrada o la Ciudad de la Selva que los guerrilleros tuvieron como base en Casaio, están agradecidos a instituciones y particulares y muy especialmente “a los administrativos” de la Unidad de Memoria Democrática de la Consejería de Presidencia de la Junta que “se portan a las mil maravillas desde el primer momento”.

Y es que Sputnik Labrego admite que en el pacto de PP con Vox para cogobernar en Castilla y León estuvieron “expectantes” ante un posible frenazo de las exhumaciones, después de que la extrema derecha se “pavoneara de que se lo iban a cargar”. Pero al cabo del tiempo “seguimos trabajando porque entendemos que esto no va de política, esto va de derechos humanos, de que todo el mundo pueda reclamar a sus víctimas”.

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