El nuevo número de la revista La Curuja, el que hace el 32 de su segunda época, incluye una colaboración del escritor y catedrático de la Universidad de León (ULE) Alfonso Fernández-Manso, en la que ensalza los valores ecológicos, paisajísticos y patrimoniales de la Sierra de Gistredo frente al “sacrificio innecesario” de la instalación en el entorno de varios proyectos eólicos impulsados por la compañía Repsol.
Fernández-Manso recuerda que Gistredo resulta un refugio vital para la supervivencia de especies como el urogallo cantábrico y el oso pardo, uno de los argumentos que esgrime para mostrar rechazo a la implantación de los parques eólicos el movimiento surgido en contra de esta iniciativa.
Además, La Curuja incluye el recuerdo que hace su editor, Manuel Cuenya, al encuentro literario que realiza en verano en su población natal, Noceda del Bierzo, cuna de esta publicación. También la poeta, narradora y actriz Isabel Llanos le dedica un texto a su paso por el encuentro literario del útero de Gistredo, y Rogelio Fernández López, en tiempos secretario del Ayuntamiento de Noceda, habla de esta población del Bierzo Alto y el semanario de agricultura de 1800.
Por su parte, Luis Segura rememora a su abuela, natural de Quintana de Fuseros, como emigrante en Argentina, y la nocedense Nanci de Paz evoca su etapa como maestra en los años setenta del pasado siglo en Colinas del Campo de Martín Moro Toledano. Tanto Quintana de Fuseros como Colinas del Campo pertenecen al municipio de Igüeña.
La imagen de portada de la edición de este número, con una instantánea de la Vía Láctea tomada en Noceda del Bierzo, corresponde al fotógrafo manchego José Antonio Fernández Baillo.