El alcalde de Vega de Espinareda ha conseguido este miércoles firmar con el presidente de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil, CHMS, José Antonio Quiroga, el convenio con el que dan inicio al proceso para recuperar el arroyo de Castellanos en la localidad berciana, con el objetivo de garantizar la seguridad de los edificios y vecinos. Esto requerirá de una inversión de 2,3 millones de euros, de los cuales el Consistorio aporta algo más de 200.000, en cuatro anualidades, y el resto corre a cargo del organismo de aguas.
Se trata de resolver un problema “histórico” y una reivindicación de “décadas”, como reconocieron Quiroga y Salgado, para restablecer la “dinámica hidráulica” del arroyo. “La presión humana de décadas fue alterando y comiendo el cauce. Hay estructuras, como muros de contención de baja calidad, hechos de forma provisional, cierto tipo de construcciones secundarias situadas encima del cauce y hay, incluso, un colector que pasa por dentro del cauce y zonas hormigonadas”, explicó el presidente de la CHMS, quien añadió que con esta obra, a lo largo de 500 metros, se pretende “recuperar la máxima legalidad que se pueda” y “garantizar la seguridad” para que no ocurra ninguna desgracia.
Con la firma de este convenio se inicia el proceso, que aún debe pasar por la licitación y la adjudicación, por lo que las obras no darán comienzo hasta finales de este año o principios de 2026, con la idea de que puedan estar finalizadas, o al menos muy avanzadas, “al final de esta legislatura”, dijo Quiroga.
A la vez se irán expropiando los terrenos necesarios para poder restaurar el cauce natural del arroyo. La intervención consistirá en construir muros de contención adecuados, suavizar las curvas del arroyo, retirar edificaciones secundarias, restablecer la dinámica hidráulica y garantizar la seguridad de los vecinos.
El alcalde de Vega de Espinareda aseguró que se trata “del mejor acuerdo posible”, después de décadas de negociación, que ya comenzaron con el exalcalde, Santiago Rodríguez. “Los vecinos harán también un esfuerzo porque perderán pequeñas construcciones, pero hay edificios cercanos, de tres y cuatro plantas, en peligro por el estado de los muros. Lo primero es la seguridad de los vecinos”, afirmó Salgado.
Intervenciones pendientes
Por otro lado el presidente del organismo de aguas explicó que, actualmente, se están estudiando las alegaciones presentadas al proyecto para derribar la presa de San Facundo, en el municipio de Torre del Bierzo, aunque advirtió que aún queda mucho tiempo para poder tirar esa presa ya que todavía queda el proceso ambiental, que se puede prolongar hasta un año. “De momento ahí sigue, en el mismo sitio, inútil, inservible y de monumento a la inutilidad”, aseguró Quiroga.
También se encuentran a la espera de poder avanzar en los acuerdos con ayuntamientos y mancomunidades para la obra para resolver las filtraciones de agua limpia que impiden el correcto funcionamiento de la Estación Depuradora de Aguas Residuales de Villadepalos.