Manuela López, la poeta de Cacabelos que rescató de memoria versos sobre la caída de Hitler enviados a la BBC

Manuela López con su hijo Pepe siendo este un adolescente.

César Fernández

25 de enero de 2024 08:39 h

La distancia más corta entre el frente de Stalingrado y la hoya del Bierzo pasaba por el Reino Unido. El arma más potente, con media Europa sembrada de trincheras, era la palabra. Y el medio más eficaz tenía que ser la radio. Maestra depurada formada en la Residencia de Señoritas y viuda de un republicano asesinado en el verano de 1936, Manuela López (Cacabelos, León, 1910-2005) evitaba dejar cosas por escrito para no comprometer a nadie. Su enlace fue el ingeniero Alexander Easton, espía británico cuyo papel fue clave con la zona convertida en escenario colateral de la Segunda Guerra Mundial con el wolfram en disputa entre las potencias del Eje y las aliadas. Por su mediación hizo llegar entonces versos sobre la progresiva caída de Adolf Hitler a la BBC de Londres. Medio siglo después, con prodigiosa memoria, los rescató en unas grabaciones que coronan un nuevo libro de la investigadora Mercedes G. Rojo para establecer otro hito en la recuperación de la figura de la poeta berciana.

Fue Pepe, el hijo que estaba concibiendo cuando mataron a su marido al comienzo de la Guerra Civil, el que pidió a Manuela López bucear en sus recuerdos cuando un amigo se interesó por la figura de Alexander Easton. Sin ningún papel escrito, medio siglo después y con más de 80 años de edad, López vivía en una residencia en Astorga cuando rescató de memoria hasta cuatro poemas de los enviados en su día a través de este espía afincado entonces en Carracedelo para la BBC (ella aseguraba que para el programa titulado Periódico de la intuición). La grabación (a través de un código QR) con la voz de López recitando es la joya de la corona del libro Cuatro poemas inéditos de Manuela López García para la BBC de Londres, que este jueves 25 de enero pone de largo su autora, Mercedes G. Rojo, en un acto que tendrá lugar a las 19.30 horas en la Sala Región del ILC (Instituto Leonés de Cultura), en León capital.

“Creo que mandé algunas (poesías) más, pero ya no recuerdo de ellas. No sé ni siquiera cómo me acuerdo de estas”, reconoce la propia Manuela López al final de la grabación correspondiente al poema Lo que perdí..., el más largo de los cuatro, en el que pone letra al tango Sus ojos se cerraron y en el que simula una especie de súplica de Adolf Hitler al ministro para la Ilustración Pública y Propaganda del Tercer Reich, Joseph Goebbels, que “era un mentiroso”, apostilla López en la cinta. “Goebbels, fiel amigo / distráeme un poquito, / inventa una mentira / tan solo para mí / pues como el mundo entero / tú me harás reír”, cierra el poema canturreado con el soniquete del famoso tango una autora que apenas daba importancia a sus textos al referirse a ellos como “trapalladas”.

Míster Easton, nacido en Escocia, había llegado en busca de oro al Bierzo, a la tierra del antiguo yacimiento aurífero de Las Médulas, ahora paraje Patrimonio de la Humanidad. Hasta que descubrió que “el verdadero oro del Bierzo era su riqueza agrícola”, señala Rojo al explicar cómo acabó estableciéndose en una casa con finca en Carracedelo. En el Bierzo Oeste, la Cabrera y Valdeorras apareció otro “oro” en forma de wolfram, un mineral usado para endurecer el armamento militar convertido en objeto de deseo de los nazis con los aliados tratando de que no cayera en manos alemanas en pleno conflicto. Conocido en la comarca como 'el Inglés' y recreado como William White en la novela de Raúl Guerra Garrido sobre este episodio histórico El año del wolfram, Easton también encontró por el camino a Manuela López. El contacto, según deduce Mercedes G. Rojo, pudo fraguarse en la rebotica de la farmacia de la Plaza Mayor de Cacabelos regentada por Amparo Núñez, hermana de su marido asesinado y formada también en la Residencia de Señoritas, en un ambiente libreprensador previo a la Guerra Civil.

"Aquí tenemos a la Manuela más comprometida social y políticamente", destaca Mercedes G. Rojo sobre una recopilación que da una nueva dimensión sobre la autora cacabelense

Maestra depurada que no pudo presentarse a las oposiciones hasta 1959 ella y hombre situado del lado de la libertad con contactos en la guerrilla en plena dictadura franquista él, la relación entre López y Easton derivó en el envío de varios poemas de la primera a la BBC a través del segundo con la duda de si se remitieron por valija diplomática o si fueron grabados y enviados directamente desde el Bierzo, concede Mercedes G. Rojo, que sitúa el momento en la recta final de la Segunda Guerra Mundial (la cadena británica nació en 1939 y alguno de los versos habla de la caída de Stalingrado, fechada en febrero de 1943) a la espera todavía de poder rastrear el archivo de la célebre emisora.

El material, hasta la fecha inédito, da nuevas pistas sobre la vida y la obra de Manuela López. La primera reflexión que le suscita a Rojo es “lo informada que estaba” la autora sobre el conflicto (deduce que a través de la radio). El segundo punto hace alusión a “las raíces culturales que ella maneja”, subraya al hacer notar la importancia de varias referencias como forjar uno de los poemas al estilo del poeta modernista mexicano Amado Nervo (“cuando en España lo que estaba de moda ya era Rubén Darío”), lo que revela que la berciana “tenía unas fuentes más amplias y heterogéneas” que beben de la filosofía inspirada por la Institución Libre de Enseñanza. Mercedes G. Rojo también inscribe el poema La plancha de Hitler en la temática típica de mujeres de la Generación 27 al hacer poesía con “elementos del día a día”, al tiempo que destaca otro, Ondi Jueron..., escrito en dialecto extremeño al modo de José María Gabriel y Galán en una España 'una, grande y libre'. Todo tiene un trasfondo: “Podemos intuir que de alguna manera está criticando cosas que están pasando en España”.

La investigadora ya había rastreado y dado forma mediante publicaciones recopilatorias a otros perfiles de Manuela López. La “Manuela más cercana” es la retratada a través del poemario Soñando infancias, volcado en la obra dedicada a los niños de quien fue maestra. Hay otra “Manuela más doliente”, la que envolvió en versos el drama de la Guerra Civil al perder al marido recién casada y embarazada hasta dejar una producción reunida en Rescatar el olvido. “Y aquí tenemos a la Manuela más comprometida social y políticamente”, concluye sobre los cuatro poemas reunidos en este último libro para dar una dimensión complementaria a la autora aun siendo consciente de que lo rescatado hasta la fecha “no es todavía más que la punta del iceberg” de su producción literaria, legada en su día al Ayuntamiento de Cacabelos.

“Del dolor la salvó la poesía”, cuenta Mercedes G. Rojo, coordinadora literaria ya en 2021 de la biografía titulada Manuela López García. Una vida, una obra. Conocida entre los cercanos como Manolita, no fue hasta la muerte de Franco cuando se decidió a publicar aquellas “trapalladas”: su primer libro data de 1977. Dos meses después de la desaparición del dictador en noviembre de 1975, falleció Alexander Easton, que había sido expulsado de España y nunca pudo regresar al Bierzo, donde la conexión de dos personajes excepcionales llegó a la BBC de Londres en tiempos del wolfram durante la Segunda Guerra Mundial. 

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