El 'nuevo' Museo de San Isidoro en León ni siquiera tiene proyecto tras cuatro años de iniciarse la reforma

Visita a las instalaciones que albergarán el nuevo Museo de San Isidoro de León.

Carlos J. Domínguez

En abril de 2019 uno de los museos de referencia de León capital, el Museo de San Isidoro, comenzó a afrontar una completa reforma que dejó el espacio reducido a la mínima expresión. Y no será hasta cinco años después, hasta 2024, cuando se pueda completar esa reforma que aspira a ampliar de 1.200 a 3.200 los metros cuadrados visitables, como llevan años prometiendo.

Ahora se dan por terminadas unas obras en las que se ha avanzado improvisando según los hallazgos localizados. Pero de hecho, a estas alturas, cuatro años después del inicio, ni siquiera hay un proyecto de musealización definido en su totalidad. Por eso, a partir de ahora se convocará a “cinco de las mejores empresas del país”, que no se han especificado, “para que hagan el proyecto y la musealización del Museo” y elegir entre la que más guste.

Las compañías tendrán que plantear sus iniciativas en un plazo de dos meses más y cuando se haya elegido una de las propuestas todavía restará un plazo “de cinco a siete meses” más para ejecutarlo. El objetivo es que de una vez por todas el Museo de San Isidoro al completo se pueda abrir al público el próximo año.

Estos detalles de compromisos, junto con una inversión anunciada de 3 millones de euros, de los cuales 2 pondrá la Fundación Montemadrid, uno el Cabildo de la Colegiata románica San Isidoro y ninguno la Junta de Castilla y León, fueron anunciados este martes en una visita conjunta de responsables de la Fundación, como su director general, Amaya de Miguel, con el nuevo abad, Luis García, el director general de Patrimonio de la Junta, Juan Carlos Prieto, o la delegada territorial en León, Ester Muñoz. Ninguna de las instituciones convocaron a la totalidad de los medios de comunicación de la provincia leonesa.

El arquitecto director del Proyecto Museográfico, Juan Pablo Rodríguez Frade, recordó que “para salvaguardar el patrimonio hay que actualizarlo constantemente. Estamos ante un edificio muy frágil con una atmosfera muy especial que sufría algunos defectos de climatización o circulación. Adecuar todo esto, además de la accesibilidad y la normativa para un edificio de tan alta protección que además nos ha ido revelando nuevos secretos, no es tarea fácil. De hecho, hemos ido adecuando la obra en su desarrollo y esto ha ido enriqueciendo el proyecto”, argumentó.

El problema es lo que León ha perdido como recurso turístico de primer orden en estos cuatro años, dos de ellos, por cierto, Año Santo Jacobeo y con récord de visitantes en cuanto se acabaron las restricciones de la pandemia sanitaria. Los visitantes han dispuesto en este tiempo de un escasísimo porcentaje visitable, eso sí, cobrado al precio de siempre.

San Isidoro de León es una de las joyas arquitectónicas de España y del románico y contiene uno de los tesoros medievales más importantes de Europa, con piezas como el cáliz de doña Urraca o las pinturas románicas del Panteón Real, que ha sido recientemente restaurado, en este caso sí con fondos de la Junta de Castilla y León.

Visitantes sin condiciones idóneas

Entre las cifras ofrecidas hoy, se indica que de las 2.000 personas al año que visitaban el Museo Panteón cuando fue inaugurado a finales de los años 50 se ha pasado a más de 100.000 visitantes en los últimos años, sin detallar cuántos por año, y eso admitiendo que las condiciones de acceso, seguridad, conservación, tránsito de personas y de comunicación a nuevos públicos no han sido las idóneas.

El afán ahora de la Fundación Montemadrid es solucionar muchos de los problemas que tenía el antiguo museo: problemas de imagen, de accesibilidad, de circulación, de conservación preventiva, de seguridad o de dotación de determinados servicios para el visitante, tales como nuevos aseos, consignas autogestionables, acceso a todo el conjunto monumental o sala para investigadores. Las obras ya concluidas han sido dirigidas por Juan Pablo Rodríguez Frade, Premio Nacional de Restauración y autor, entre otros, del Museo de la Alhambra o del Museo Arqueológico Nacional.

Todo el proyecto museográfico se incluye dentro de un plan museológico más complejo elaborado por la Fundación Montemadrid que contempla aspectos como seguridad, conservación preventiva, investigación, gestión económica, carácter institucional, comunicación y difusion, así como de un plan programático de gestion integral de todo el conjunto monumental.

Fue el responsable de Patrimonio de la Fundación Montemadrid, Gabriel Morate, quien resaltó que se ha pensado no sólo en el Museo y el turismo sino en “los tres usos” de la Colegiata, es decir, “el cultural, con el residencial, porque viven los Canónicos, con el turístico y hotelero”, lo que hace que “cada uno de ellos requiera de su ambiente”.

Desprendimientos a la calle

Por último, el director general de Patrimonio de la Junta de Castilla y León, Juan Carlos Prieto Vielba, remarcó los últimos proyectos autonómicos, como la Cámara de Doña Sancha, la restauración del Claustro y la última fase de restauración de las pinturas de los frescos de la llamada 'Capilla Sixtina del Románico' en el Panteón de los Reyes.

Mientras, se sigue esperando durante décadas por el arreglo de los pináculos exteriores, tan deteriorados que no sólo llevan muchos tiempo envueltos en malla metálica sino que incluso así amenazan con desprenderse pedazos que han obligado a vallar parte del perímetro exterior de la iglesia de San Isidoro, como se puede ver estos días.

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