Vecinos de Ponferrada claman por una 'plaga' de palomas desde que un juez impidió tocar las campanas de una iglesia
Vecinos del barrio de San Ignacio, en el centro de Ponferrada, han expresado su preocupación y malestar por la creciente presencia de palomas en calles y plazas desde que dejaron de sonar las campanas de la iglesia parroquial.
La decisión de silenciar las campanas se produjo tras la denuncia de un vecino que reclamó su derecho al descanso frente al volumen y frecuencia de los toques, una situación que derivó en una sentencia judicial que solicitaba rebajar el sonido.
La diócesis optó por suspender el toque de campanas, medida que no ha sido respaldada por todos los habitantes de la zona.
Según los vecinos, las campanas, que “nunca generaron quejas en la zona”, funcionaban como un elemento disuasorio natural para las palomas.
Con su silencio, aseguran a través de un comunicado, la población de estas aves ha aumentado notablemente durante las últimas semanas. A esto se suma, según explican, el confinamiento de aves domésticas por motivos sanitarios (gripe aviar), lo que ha facilitado que las palomas ocupen los alrededores de colegios e institutos cercanos.
Aunque los residentes han trasladado la situación al Ayuntamiento, lamentan que no se haya adoptado ninguna “medida efectiva”, reconocen la labor de los servicios de limpieza pero consideran que estas actuaciones no abordan la raíz del problema.
“Nos silencian las campanas que forman parte de nuestra identidad, y lo hacen mientras crece la amenaza de la gripe aviar. Las palomas están por todas partes y nadie responde”, insisten.
Los vecinos proponen como solución permitir que el campanario vuelva a sonar, argumentando que el tañer tiene también un efecto “sanitario” al impedir la concentración de aves.
Insisten en que no buscan “promesas electorales” sino una actuación inmediata que reduzca la presencia de palomas y atienda sus preocupaciones: “¿Alguien va a hacer algo? Luego vendrán los lamentos pero ahora la situación es ésta”, concluyen.