La Junta permite a la hostelería de León preparar y servir limonada casera con alcohol sin hacer control de ningún tipo

Limonadas en el Barrio Húmedo de León.

Carlos J. Domínguez

“La limonada no es casera, es imposible: está prohibido por la Junta de Castilla y León”. Esta es una respuesta que recibe cualquier cliente en los bares de León cuando se interesa por saber si la limonada con alcohol que es tan consumida y deseada de la época de Semana Santa en la provincia ha sido elaborada por el propio establecimiento, siguiendo la tradicional receta, o si por el contrario está fabricada, envasada y distribuida por alguna empresa bodeguera.

En términos generales hace muchos años que resulta prácticamente imposible probar en la barra de un bar de León la típica limonada, un gusto particular que sí se cata en cada una de las muchas casas en las que se elabora año tras año esta icónica maceración de vino tinto, azúcar, canela y frutas variadas al gusto de cada cual.

Lo que en muchos los establecimientos hosteleros leoneses argumentan es que persiste una prohibición expresa de la autoridad autonómica para poder vender el brebaje. Y sin embargo, no es así. De hecho, fuentes oficiales de la Delegación Territorial de la Junta en León niegan la mayor y admiten que “hace años” que no sólo no se impide fabricar de modo casero y para comercializar limonada a los negocios hosteleros sino que, además, no existe “una normativa específica al respecto”.

Eso quiere decir que los bares pueden fabricar si lo desean por sí mismos la limonada y venderla sin miedo alguno porque “no hay sanciones” previstas. Ni siquiera por motivos o controles sanitarios, ni de la bebida en sí ni de los diferentes productos que se empleen para fabricarla, así como tampoco por las condiciones de conservación bajo las que se mantengan en cada negocio. Léase, la típica jarra a temperatura ambiente y sin tapar que se sitúa a escasos centímetros de muchos clientes, sobre la barra.

Eso se traduce en que cuando este medio ha pedido a la Junta de Castilla y León el número de inspecciones o de expedientes sancionadores abiertos a causa de la limonada en la provincia de León en los últimos años, la respuesta de la Junta ha sido categórica: ninguno.

Las mismas fuentes admiten que “hace unos 20 años”, aproximadamente, sí que la Junta de Castilla y León emitió una instrucción interna de la Dirección General de Salud Pública pero no con efectos de control o sancionadores sino más bien, explican, “para fomentar la compra y consumo de limonada embotellada”. Era, digamos, una recomendación. Se hacía “para evitar, por aquel entonces, las condiciones higiénico-sanitarias dudosas en las que se podía elaborar la limonada casera”.

Pero hasta ahí llegó la intervención de la administración. “Actualmente no hay en vigor normativa específica y ni sanciones al respecto”, citan de manera categórica las mismas fuentes.

Como un gin tonic cualquiera

El motivo que aduce la Junta es que se considera la limonada como si se tratara de un cóctel o una copa con bebida alcohólica cualquiera. Es decir, no se controla la limonada que los bares, restaurantes o pubs puedan ofrecer casera como tampoco se controla, por ejemplo, la composición de un gin tonic,por más 'aderezos' frutales o de otro tipo que se le puedan añadir.

Aún siendo así, a causa de una creencia falsa de que la Junta mantiene mano de hierro con este asunto, es casi misión imposible tomar una limonada casera dentro del sector hostelero. Hay que hacerla uno mismo, o catarla de mano de algún conocido, para poder disfrutar del sabor más auténtico y personal de cada bodeguero improvisado.

También es cierto que lo que suponía todo un rito doméstico de elaboración de la propia limonada en casa se ha ido reduciendo en los últimos años y crece, en cambio, la venta industrial de esta ptarticular 'sangría' semanasantera leonesa. Para bien o para mal, los tiempos también cambian para estas ancestrales tradiciones de León.

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