El PSOE exige a la Junta que haga, después de diez años, un estudio científico de por qué se seca el Lago de La Baña

El Lago de La Baña seco, en octubre, después de un verano atípicamente húmedo en la provincia de León.

Elisabet Alba

El PSOE exige a la Junta de Castilla y León que encargue, y esta vez haga, un estudio científico para averiguar por qué el Lago de La Baña en Cabrera, declarado Monumento Natural, se seca, cuando se cumplen diez años desde que la administración autonómica se comprometiera a pedir uno a investigadores universitarios sin que nunca lo llegara a hacer.

Los procuradores socialistas por la provincia de León, Diego Moreno, Nuria Rubio, Yolanda Sacristán, Javier Campos y José Luis Vázquez, firman la Proposición No de Ley (PNL) en la que instan a la Junta “a promover un estudio científico que analice las causas por las que el Lago de La Baña se seca completamente durante varios meses al año, así como a realizar las acciones necesarias para garantizar su protección, conservación y evitar su degradación”.

Movidos por la denuncia pública de este medio de hace varios meses, y ante la pasividad de la Junta, los socialistas le recuerdan ahora que el espacio fue declarado Monumento Natural en 1990 y está dentro de la Red de Espacios Naturales Protegidos de Castilla y León desde hace tres décadas, siendo de su directa competencia, pero al menos en las dos últimas es frecuente que se seque, casi totalmente durante los meses de verano, sin que haga nada para evitarlo más allá de poner un plástico raído por el paso del tiempo y que en absoluto soluciona su vaciado.

El lago está rodeado por completo de explotaciones pizarreras a cielo abierto, hasta tal punto que para llegar a él hay que cruzar un laberinto de pistas hechas por y para el transporte en vehículos pesados de los enormes bloques del mineral que se extraen de la tierra. Montañas enteras minadas con dinamita, con más pisos que un rascacielos, y montones de escombreras con los restos que no tienen aprovechamiento industrial son el paisaje que hay que atravesar, sin apenas señalización, hasta conseguir llegar a una estrecha senda de apenas dos kilómetros antes de llegar al espacio natural.

Un grupo de investigadores de las universidades de León y Salamanca denunciaron ya en 2005 que el lago se seca casi de manera total porque el agua se filtra y hace que el Monumento Natural desaparezca durante varios meses al año. Sin que lo pudieran asegurar, sospechaban que el motivo de la pérdida del agua podía ser precisamente por las explotaciones pizarreras y sugirieron llevar a cabo una investigación para certificarlo o descartarlo.

La alarma que esta circunstancia provocó en la comunidad científica arrancó el compromiso de la administración autonómica en 2014 de encomendar a investigadores de la Universidad de Salamanca que dilucidasen los motivos de su vaciado pero, según reconoció la propia Consejería de Medio Ambiente a ILEÓN, “no se llegó a ejecutar”. Por qué no solo se permite esta situación año a año con el coste medioambiental que eso supone sino que ni siquiera se trata de esclarecer cuál es el problema es una incógnita que continúa sin respuesta pero que el PSOE reclama ahora en forma de Proposición No de Ley (PNL).

La medida, que también exige “realizar las acciones pertinentes para garantizar la protección y conservación de este enclave natural de la comarca de Cabrera, así como tomar las medidas correspondientes para evitar su degradación”, será debatida la próxima semana en la Comisión de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio.

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