La carretera autonómica CL-631 supera ya el plazo de un mes cerrada de manera completa, condenando el mucho tráfico entre la capital de la comarca del Bierzo, Ponferrada, y la comarca de Laciana, a través del alto Sil, a causa de un enorme desprendimiento de rocas sobre la calzada, sin que la Junta haya dado ni siquiera plazos para su posible reapertura ni explicado en qué condiciones.
La indignación vecinal y empresarial, afectando al transporte escolar, al sanitario o al de suministros, cunde a ambos lados del punto del argayo, en el kilómetro 33,3 del municipio de Páramo del Sil. Allí hasta personas anónimas han tenido incluso que suplir la indolencia del Gobierno autonómico de Partido Popular y Vox, colocando carteles escritos a mano en determinados puntos cruciales del desvío habilitado, un duro recorrido través de la LE-711 por Fabero. Incluso algunos se juegan el tipo, y ya se han sufrido percances, empleando también la carretera que comunica el paraje de La Recuelga de Santa Cruz del Sil con la localidad de Sorbeda para acceder antes a la LE-711.
Se trata, además, de la única comunicación directa de salida de la comarca de El Bierzo hacia Asturias. Por cualquiera de sus tramos, la propia Junta ha admitido siempre un tránsito medio de 2.000 vehículos cada día, incluidos muchos de transporte.
Por causas “fuera de nuestro control”
La desesperación de las dos comarcas crece, sin noticias formales, mientras la indignación ha resonado ya en el Parlamento autonómico, las Cortes de Castilla y León. En la sesión del jueves, el procurador berciano de Unión del Pueblo Leonés (UPL), José Ramón García, atacaba a la Junta y su consejera de Movilidad, María González Corral, denunciando los problemas en la señalización del desvío tras el último desprendimiento y el perjuicio ocasionado a los vecinos de la zona, además del constante peligro.
La responsable de carreteras, que achacó el problema exclusivamente a causas naturales, derivadas de las lluvias persistentes en la zona en mayo “que están fuera de nuestro control”, admitió al menos que hace dos años, en 2022, se tuvo que posponer una inversión de mantenimiento de la maltrecha carretera CL-631 ya contratada por valor de 2,4 millones de euros, por causas “imputables” al contratista, a la empresa a la que se le adjudicaron las obras. Y esos dos años no han sido suficientes para volverlas a contratar de manera que, dijo González Corral, todavía “se liquidó ese contrato hace meses” y aún “trabajamos en una nueva licitación”.
Una larga y lenta historia de 16 años
Sin embargo, la consejera no contó toda la verdad del absoluto abandono, ya histórico, de esta carretera vital para estas grandes comarcas del oeste de la provincia. Y es que el gran contrato de mantenimiento de esa carretera autonómica de Ponferrada a Villablino data nada menos que de 2008, hace 16 años.
ILEÓN ha confirmado con documentación oficial que el proyecto ya formó parte del Plan de Carreteras 2008-2020, diseñado bajo el mandato del entonces consejero de Fomento del Partido Popular, el leonés Antonio Silván. Hasta que abandonó el cargo para erigirse alcalde de León capital no fue capaz de sacar su ejecución adelante. Y fue bajo el mandato de su sucesor, otro leonés y aún consejero del Gobierno autonómico, Juan Carlos Suárez-Quiñones, quien desempolvó el proyecto.
En el año 2016 se produjo un modificado del expediente, que pasó a ser el 4.1.LE-37, cuyo autor fue el ingeniero Pablo Pérez García, para acometer por fin la mejora entre los puntos kilométricos 35,400 y 61,00 del cruce de la LE-711 en Páramo del Sil al cruce con la CL-626 en Villablino. Su presupuesto ya hace ocho años se cuantificaba en 2,5 millones de euros.
Parecía desbloqueado pero tuvieron que pasar otros dos años hasta que esta reforma integral de una carretera ya muy destrozada se licitara en marzo de 2018 y se adjudicara en septiembre del mismo año exactamente por 2.224.237,80 euros. La empresa elegida fue Serrano Aznar Obras Públicas SL. Precisamente, también en ese mismo año 2018 continuaban produciéndose peligrosos episodios de derrumbes y cortes de esta vía principal de comunicación.
El último fiasco
Hay que llegar después hasta diciembre de 2021, ya habiendo quedado obsoleto el Plan de Carreteras de la Junta que había incluido esta obra en 2008, para encontrar la aprobación en Consejo de Gobierno la contratación de obras en 17,2 kilómetros de la carretera CL-631 para obras de refuerzo y renovación del firme, seguridad y mejorar de la capacidad estructural de la carretera entre los municipios de Toreno y Páramo del Sil, con un presupuesto inicial de 2.463.763 euros.
La obra incluía específicamente “la mejora de elementos de contención de la carretera y de elementos que mejoran la seguridad vial”, rezaba el proyecto que databa de 2018. La Consejería se quedó con la oferta presentada por la empresa madrileña Infraestructuras Conelsan SA, que disponía de año y medio para los trabajos. Pero apenas llegaron a comenzarlos, habiendo tapado algunos pocos baches entre el poblado minero de El Escobio y el barrio de La Estación de Páramo del Sil, las máquinas se pararon y luego desaparecieron.
Oscurantismo
No fue hasta finales de 2023, casi dos años después, cuando la consejería ahora ya denominada de Movilidad, y ya con María González Corral al frente, resolvió formalmente el contrato. Tampoco desde entonces se ha puesto en marcha una nueva licitación en busca de otra compañía que lo ejecute sino que “trabajamos en ello”, respondía el jueves a UPL.
Fuentes oficiales de la Delegación Territorial no han querido facilitar a ILEÓN dato alguno de los trabajos de emergencia que se ejecutan al menos desde el 25 de mayo, durante una visita al corte de la carretera del delegado territorial de la Junta en León, Eduardo Diego, ni presupuesto ni plazo previsible de culminación. Ha trascendido que se pretende acelerar la retirada del ingente material rocoso caído en la calzada y poder así conseguir abrir al menos un carril, que ponga fin al total aislamiento, pero no hay respuesta oficial concreta que reclaman vecinos de las comarcas afectadas y los alcaldes de Páramo y Villablino, entre otros.