El 28 de julio de 1949, en Ponferrada, estuvo a punto de cambiar la historia de España. Ese día se materializó un atentado contra el generalísimo Francisco Franco, uno de los pocos que llegaron a ejecutarse realmente, pasando de la frontera de los deseos y los planes a los hechos. Ocurrió en la capital del Bierzo, aunque se trata de un hecho ampliamente desconocido por haber sido ocultado hasta el extremo por un régimen que no podía permitirse el lujo de admitir ningún síntoma de debilidad propia ni de fortaleza de los escasos enemigos que quedaban en suelo español después de la cruenta represión del régimen dictatorial.
Aquel jueves, cuando aún resonaban los fastos nacionales por el décimo aniversario de la victoria en la Guerra Civil, Franco recaló en Ponferrada con motivo de la inauguración de la central térmica de Compostilla en el inicio de un viaje que posteriormente le llevaría a San Sebastián pasando por las capitales de León, Palencia y Burgos. La expectación era máxima. El Ayuntamiento había otorgado al caudillo en Pleno extraordinario el día previo la primera Medalla de Oro de la Ciudad, además del título de alcalde honorario, según recoge el ABC del día 29, que relata con todo lujo de detalle en su edición nacional el “cariñoso recibimiento al caudillo”.
Pero además de “cariñoso recibimiento”, Franco también una violenta despedida. Tan violenta como que, según diversas fuentes externas de la época, su propio vehículo oficial llegó a recibir algunos impactos de bala de un grupo de guerrilleros antifranquistas bercianos apostados en un monte a la salida de la ciudad. Este hecho, sepultado en la memoria, desterrado de los titulares de la prensa nacional, debió ocurrir entre las 3 y las 4.30 de la tarde de ese 28 de julio.
“En la guerra, tu sangre; en la paz, tu trabajo”
Se sabe por el ABC que Francisco Franco, entre grandes alharacas, incluida misa bajo palio, presidió una comida en una amplia nave de la empresa, decorada con “tapices y reposteros” y un lema que después centró su discurso: “En la guerra, tu sangre; en la paz, tu trabajo”. Al término de tanto fasto, la nutrida comitiva oficial partió rumbo a León, donde llegó a las 18.05, según la agencia de noticias Cifra.
Nada de lo que pudo pasar al abandonar Ponferrada cambió los planes oficiales previstos. Pero no son una sino varias fuentes periodísticas las que evidencian que en el inicio de ese viaje a León se produjo un atentado en toda regla.
De la dimensión del intento de magnicidio da buena cuenta no sólo la ocultación total del hecho en la prensa nacional sino, sobre todo, la importante difusión que los disparos de los guerrilleros tuvieron en medios extranjeros.
La noticia, en los medios del ultraconservador Hearst
En el grupo de Facebook 'Fotos Antiguas de Ponferrada', así como en el foro Skyscrapers de Ponferrada, aparecía hace escasos días una de las publicaciones más llamativas sobre aquel suceso. Se trata de una breve noticia aparecida en el periódico Milwaukee Sentinel pocos días después de la inauguración de Compostilla, en concreto el 6 de agosto de 1949. La traducción permite certificar que “el más reciente intento de asesinato fue realizado contra la caravana del generalísimo, con vehículos blindados de Franco a la cabeza, cuando salía de la ciudad de Ponferrada. Franco dejaba Ponferrada para presidir una ceremonia dedicada a una nueva planta de energía hidráulica”.
Tanto este periódico como la agencia de noticias que firma esta información, la INS (The International News Service) pertenecían entonces al emporio informativo del conocido magnate William Randolph Hearst, el mismo que arengó contra España hasta forzar la pérdida de la colonia de Cuba, el mismo que fue retratado con dureza por Orson Welles en su película Ciudadano Kane. Hearst, extremadamente conservador y anticomunista declarado, no era precisamente sospechoso de maquillar una noticia como el intento de asesinato de un dictador fascista y menos cuando los presuntos autores pudieron ser guerrilleros de tendencia republicana, en aquellos fase dominada cada vez más por el Partido Comunista pero con importante peso aún de socialistas y anarquistas.
Portada del periódico España Libre, editado en Nueva York, dando cuenta del atentado. / Archivo de Santiago Macías
¿Pero por qué sabemos que los autores de los disparos pertenecían a la guerrilla berciana, que agotaba entonces sus últimos cartuchos previos a un declive total con la huida de algunos líderes y la muerte de otros como Manuel Girón en 1951? En este caso, la fuente de la autoría es atribuible a otra publicación proveniente de Estados Unidos.
La portada de 'España Libre'
Se trata del periódico 'España Libre', editado por el Órgano de Sociedades Hispanas Confederadas de los Estados Unidos de América entre los años 1939 y 1977. En su portada del 12 de agosto de 1949 el atentado contra el dictador fue la principal noticia, con un titular elocuente: “Guerrilleros del Bierzo tirotean a Franco”. Puede leerse en el libro 'El monte o la muerte“ de Santiago Macías, el investigador berciano que localizó esta portada de manera casual como parte de expediente conservado en el Archivo Militar con sede en El Ferrol.
El texto aporta más datos. Los disparon fueron realizados, según este periódico, por “un grupo de guerrilleros apostados en los montes de la salida de Ponferrada”. Además, detalla que “el nutrido fuego alcanzó el automóvil del caudillo, pero no le hizo daño alguno, pues se trataba de un coche blindado de la marca Mercedes que Hitler le regaló durante la guerra”.
Balazos en el coche blindado del caudillo, regalado por Hitler
Más allá del afán propagandístico de la publicación, los datos no parecen inventados. Efectivamente, Francisco Franco se desplazaba ese día en un Mercedes 770 Pullman Limousine, un potente y pesado vehículo blindado de color negro que aún se conserva entre el patrimonio del Estado.
Con motor de avión, el 770 de Mercedes tuvo una fabricación limitada a 250 unidades en Alemania entre 1938 y 1943, y fue un modelo empleado sistemáticamente por toda la jerarquía de la SS de Hitler, el cual también usaba en grandes fastos nazis, aunque en su caso utilizaba un modelo descapotable. Es conocida, entre otras, una foto de Adolf Hitler con el también dictador Benito Mussolini que ilustra esta noticia.
El misterio rodea a los autores del intento de magnicidio
Fotografía de la inauguración de Compostilla presidida por el dictador Franco en 28 de julio de 1949, después de la cual se produjo un atentado contra su vida en Ponferrada. / Archivo Endesa
El 'España Libre' de aquel día se jacta de que los disparos, aunque no lograron su objetivo de acabar con la vida del dictador, sí llegaron a causar daños. “Tenemos la seguridad de que nuestras fuerzas han conseguido alguna baja en la comitiva y la escolta de la Guardia Civil de Franco”. Imposible certificar si realmente hubo heridos y si algunos impactos de bala dejaron su huella en la carrocería a escasos metros o centímetros del generalísimo.
Macías también considera tarea difícil llegar a conocer la identidad de los miembros de la ya mermada guerrilla antifranquista berciana que pudieron idear y llevar a cabo el intento de magnicidio. Pero lo que no cabe duda, con los documentos en la mano, es que aquella histórica visita de Franco a Ponferrada en julio de 1949 acabó siendo algo más que un paseo triunfal por un símbolo industrial y energético de la nueva España. Y se convirtió en uno de los más serios intentos de asesinato del dictador, a pesar de que la historia fue enterrada en la memoria nacional desde ese mismo día y hasta hoy.
Aquí dejamos el VÍDEO del NO-DO de la visita a Compostilla, limitado en exclusiva al habitual panegírico oficial al caudillo: