Empiezan las obras en la casa de Enrique Gil y Carrasco en Villafranca del Bierzo tras dos siglos de abandono
La Fundación Biblioteca Enrique Gil inicia esta semana las obras en la casa natal del autor, en Villafranca del Bierzo, tras dos siglos de abandono. La idea es que el Jardín Romántico esté finalizado en el mes de junio para abrir sus puertas al público.
Las obras comenzarán después de casi un año de preparación del proyecto que servirá para recuperar el jardín de la vivienda situada en la calle del Agua de la villa del Burbia. El proyecto fue aprobado por la Comisión Territorial de Patrimonio Cultural de León el pasado 19 de marzo y la licencia urbanística de inicio el 27 de ese mismo mes en la Junta de Gobierno Local.
La restauración integral en marcha es un ambicioso proyecto plurianual, diseñado en siete fases, de las que ahora se abordan la fase tres, para la consolidación de la fachada; y la fase cuatro, para el diseño y creación del Jardín Romántico del Bierzo. La obra será ejecutada por la empresa berciana Construcciones Los Cuñaos SL, bajo la dirección del arquitecto Miguel Ángel Ramón, con un presupuesto aportado por mecenas particulares y por la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte de Castilla y León.
“La Fundación Biblioteca Enrique Gil agradece la colaboración de las instituciones y personas que hacen posible salvar de la ruina un edificio tan singular como la Casa Gil y convertirla en un ecosistema romántico y literario, único en El Bierzo”, dice el portavoz, Valentín Carrera.
Además pide de nuevo la aportación de todos los posibles donantes, ya sean particulares o empresas, dentro y fuera del Bierzo, para seguir trabajando en esta Casa Gil.
El edificio, “prácticamente en ruinas”, llegó a estar en la Lista Roja de Hispania Nostra.
Famoso escritor berciano del siglo XIX
Enrique Gil y Carrasco nació en 1815 en esta casa de Villafranca del Bierzo. Su padre, Juan Gil, oriundo de Soria, era el administrador de las fincas del marqués de Villafranca y de la Colegiata de Villafranca. En esta casa vivió la familia hasta 1821, fecha en la que salió a la luz una estafa del padre a los marqueses por valor de 20.114 reales. Este hecho provocó que la familia se trasladase a Ponferrada.
Con el paso de los años, el lugar de Gil y Carrasco fue variando por estudio o por trabajo pero nunca perdió sus vínculos con El Bierzo, ya que siempre que podía pasaba largas temporadas en su tierra. Llegó a ser secretario de la legación económica en Prusia.
Enrique Gil y Carrasco falleció en ese último destino, en Berlín, con tan sólo 30 años y su obra literaria abarca desde poesía hasta crítica literaria, pasando por la creación de una de las novelas cumbre del romanticismo español: El Señor de Bembibre.