Javier Mínguez ve las fiestas de La Encina como el mejor prólogo al Mundial de Ciclismo

“No se me ocurre nada mejor para preparar un Mundial que las Fiestas de La Encina”. Así se claro lo dijo hoy el seleccionador nacional de ciclismo, el vallisoletano Javier Mínguez, durante el pregón que pronunció para dar el pistoletazo de salida a los festejos patronales de la capital del Bierzo, que a finales de mes acogerá la celebración de ese campeonato.
El veterano ciclista animó a los presentes a vivir la competición deportiva con el mismo espíritu de celebración que las fiestas, que estarán -dijo- cargadas de “buenísimas etapas”. “Apenas restan un par de semanas para que todo el mundo ponga sus ojos en todos nosotros. No os conforméis con ser espectadores: vividlo como vivís las fiestas. Cambiad el coche por la bici y salid a la calle a animar, a disfrutar, a sentir la misma pasión que sentimos los que no hemos dejado nunca de dar pedal”, instó al público.
“Sé que lleváis unos días de calentamiento, así que ya habéis superado la etapa llana, espero que como buenos ciclistas lo deis todo en las etapas de montaña que darán comienzo hoy tras el pistoletazo de salida”, dijo. “Si hay una cosa que tengo clara como seleccionador es que todos estáis convocados para disfrutar y participar del folklore, de la gastronomía, de los conciertos, de los campeonatos... de todas y cada una de las actividades que el Patronato de Fiestas os ha preparado para que estos días estén llenos de diversión”, señaló.
Mínguez hizo protagonista de su intervención al Mundial y utilizó varios símiles ciclistas para calentar el ambiente. “Os diré lo mismo que a Valverde, que a Purito que a Contador y a los demás: moveros, comed bien e hidrataros. Pero todo con moderación porque no quiero bajas sufridas por una pájara. Quiero volver a veros a todos para que juntos entonemos el, ahora que estoy rodeado de amigos levantemos esa copa y brindemos por las Fiestas de la virgen de la Encina”, reclamó.
También recordó los momentos vividos en la comarca como deportista. “Esas subidas al Morredero, esas rampas del Redondal, o esas duras etapas de los Ancares. Ponferrada y El Bierzo son el lugar donde el ciclista ve cómo termina la plácida llanura de la meseta y empieza todo aquello que ha hecho grande a nuestro deporte. Todo el mundo sabe que aquí sólo se entra bajando y de aquí sólo se sale subiendo”, añadió.