La posibilidad de que Villafranca del Bierzo compartiese en 2024 sede de Las Edades del Hombre con Santiago de Compostela sería un “refuerzo” y no una manera de “diluir” la importancia y el efecto de la exposición de arte sacro en la localidad leonesa, que llevaba años suspirando por acoger una edición. La Junta de Castilla y León se posiciona de esta manera ante la hipótesis de que la capital gallega sea parte de la muestra del próximo año, una cuestión que está en fase de negociación. “E independientemente de que Villafranca sea sede única o tenga ese refuerzo (...), el compromiso de que sea una edición muy importante, útil y atractiva sigue vigente”, señaló este jueves el portavoz del Gobierno autonómico, Carlos Fernández Carriedo, sin dejar de apelar a la capacidad de entendimiento entre las diócesis implicadas para finalmente llegar a un acuerdo de sede compartida.
Fernández Carriedo había aludido como punto de partida a la vocación de que Las Edades del Hombre “tengan un nombre que vaya más allá” del ámbito de la Comunidad Autónoma de Castilla y León. Lo dijo al recordar como precedente que la muestra de arte religioso ya saltó incluso el Atlántico para recalar en 2002 en Nueva York y ante el planteamiento de que la de 2025 sea una “edición transfronteriza” entre Zamora y Oporto (Portugal), en este último caso como una forma de establecer también una “conexión” aprovechando el corredor del Duero.
Preguntado en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno por el “riesgo” a que la implicación de una ciudad próxima a los 100.000 habitantes como Santiago de Compostela acabase por “diluir” el impacto en un municipio con poco más de 2.500 empadronados como Villafranca del Bierzo, el portavoz de la Junta habló en primer lugar de la voluntad de alcanzar acuerdos de colaboración con comunidades limítrofes con el reciente ejemplo de la edición de 2022 en Plasencia (Cáceres). “Y nos parecería oportuno (hacerlo) en el ámbito de la colaboración con Galicia y las diócesis de Galicia. Esto es algo que vienen trabajando y proponiendo las diócesis de Castilla y León. Y, por lo tanto, tienen que llegar a madurar y concretar si se produce”, añadió.
“Yo no creo que esto, que una sede esté en dos lugares, venga a diluir el efecto sobre uno de ellos”, afirmó Fernández Carriedo para sostener a renglón seguido que una edición compartida vendría a “reforzar” y “dar más conocimiento y capacidad” con este elemento de “prestigio” al sugerir, además, la posibilidad de que haya personas de fuera de Castilla y León que “decidan visitar ambas sedes”. Fue justo a continuación cuando el portavoz de la Junta asumió el “compromiso” de que sea una edición “muy importante, útil y atractiva” para Villafranca. “No vemos que ese añadido sea un perjuicio, sino todo lo contrario: un refuerzo. Nunca nunca lo hemos planteado en términos de diluir el esfuerzo, sino en términos de reforzar la notoriedad”, concluyó.