La Junta gastará 375.000 euros en replantar árboles y clarear bosques en beneficio del oso pardo en El Bierzo

Cría de oso pardo en un bosque cantábrico, archivo.

Carlos J. Domínguez

El Consejo de Gobierno de la Junta de Castilla y León ha puesto en marcha, más de dos años después de anunciarse, una futura inversión cifrada en 375.000 euros en seis municipios de la comarca de El Bierzo, en la provincia de León, para contratar trabajos de plantación de árboles, tratamiento selvícolas y zonas clareadas en los bosques para minimizar incendios. En realidad, el proyecto se enfoca como “obras relativas a la mejora del hábitat del oso pardo cantábrico”.

En concreto, las actuaciones se llevarán a cabo en los municipios finalmente seleccionados de Villafranca del Bierzo, Igüeña, Noceda del Bierzo, Vega de Valcarce, Folgoso de la Ribera y Corullón, habiéndose caído de la lista Trabadelo, que formó parte de los planes iniciales aireados con detalle hace apenas unos pocos meses y en los que se cifraba en 140 las hectáreas en las que se trabajará.

También parece haber cambiado el sistema de financiación de este dinero, porque siempre se habló de planes europeos pioneros y sin embargo hoy el portavoz del Gobierno autonómico, Carlos Fernández Carriedo, aseguró que la inversión será exclusivamente de la Junta. Tampoco se habla ahora de la Fundación Cesefor, la cual se ha venido asegurando en diversas reuniones en Carracedelo que pilotaría este proyecto.

La idea es proceder a la futura plantación de diversas especies arbóreas, tales como castaño, serbales, cerezo, manzano, madroño, abedul y también pino silvestre y pino salgareño, en estos bosques bercianos, así como la realización de tratamientos selvícolas y lo que eufemísticamente llaman “creación de zonas de baja combustibilidad para la creación de un paisaje más resistente que proteja y amplíe los corredores para el oso pardo.

La plantación de diversas especies arbóreas permitirá la implicación de la población local en la gestión de los bosques, la contribución a la calidad trófica del hábitat del oso pardo, así como la creación de nuevos corredores de cobijo para la especie, aseguran en un comunicado.

La realización de tratamientos selvícolas, por su parte, la ven como útil para desarrollar copas más vigorosas y con ello aumentar la producción de fruto, mientras que las zonas de baja combustibilidad y con discontinuidad vertical permitirán evitar incendios forestales, ya que son una de las principales amenazas de destrucción de hábitat de oso pardo, concluyen.

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