La Junta no acepta que Repsol condicione inversiones como el Ponfeblino a que el Gobierno le apruebe tres parques eólicos

El consejero portavoz de la Junta, Carlos Fernández Carriedo, en rueda de prensa del Consejo de Gobierno.

Carlos J. Domínguez

“No nos parece bien”. Sin mucha dureza pero sí como mucha claridad, la Junta de Castilla y León ha manifestado públicamente hoy por primera vez que no comparte la decisión de la multinacional Repsol de condicionar inversiones en las comarcas leonesas de El Bierzo o Laciana a que el Gobierno le apruebe el desarrollo de tres polémicas macroplantas eólicas en la sensible zona del Alto Sil y la Sierra de Gistredo, que sumarían 42 enormes aeronegenadores en la 'zona cero' del urogallo, especie en total peligro de extinción.

La frase la ha lanzado el portavoz del Gobierno autonómico del Partido Popular, el consejero Carlos Fernández Carriedo, al trascender que por ejemplo la compañía sólo contemplaría realizar inversiones en el impulso del proyecto turístico entre Ponferrada y Villablino, el Ponfeblino, un tren turístico en la vieja línea minera, si obtiene los permisos para desarrollar las plantas eólicas de 'Alto Bierzo-Sil', 'El Páramo' y la ampliación de este último. Este sorprendente condicionante se dio a conocer ayer en el seno del Consorcio del Tren Turístico Ponfeblino, cuyo titular de la línea es precisamente la Junta.

Carriedo consideró hoy que “no se debiera condicionar a ninguna autorización administrativa” la decisión de invertir o no por parte de Repsol: “Nos parece que son proyectos independientes y si alguien tiene que hacer una inversión porque sea viable y rentable, Castilla y León es un buen lugar para hacerlo”, manifestó.

Sin embargo, y aunque la autorización final le corresponde al Ministerio, por superar los parques los 50 megavatios de potencia energética, y teniendo en cuenta que la Junta tendrá que presentar informes, entre otros medioambientales, el consejero portavoz también quiso dejar la puerta abierta a su posible visto bueno: “Vamos a dar todas las facilidades y las condiciones para que todos los que creen empleo y riqueza se puedan instalar”. Pero, insistió, sin condiciones previas.

Nadando a dos aguas, respecto a la división de opiniones de varios alcaldes de la zona, unos en contra junto a informes y colectivos por el impacto al oso pardo y el urogallo, y otros a favor por la inversión previa por la compañía, Carriedo se limitó sobre el proyecto a mencionar tanto la “protección de la naturaleza” y el “claro apoyo al urogallo” por parte de la Junta, pero por otro lado a defender inversiones “que reviertan de forma favorable en el territorio, que ”creen empleo y riqueza“. E insistió en que es la Junta la que desarrolla un proyecto pionero de cría en cautividad del urogallo para evitar su completa desaparición, ya que de los menos de 300 ejemplares que sobreviven en España, el 80% de ellos lo hacen en esta zona de la Montaña Occidental de León.

“Un equilibrio”, defiende también el presidente de la Diputación

Con muy similares argumentos se pronunció hoy también por primera vez el presidente de la Diputación de León, el berciano Gerardo Álvarez Coruel, y además concejal de Bembibre, uno de los tres ayuntamientos socialistas que se han mostrado partidarios de los tres parques eólicos de Repsol en el Alto Sil, junto con Noceda del Bierzo e Igüeña.

En declaraciones recogidas por Ical, y en calidad también de ingeniero industrial, dijo, defendió que “los proyectos son susceptibles de modificarse” porque “una cosa es el proyecto inicial y otra lo que se puede hacer”. “Hay que buscar el equilibrio entre la sostenibilidad y la necesidad energética. Y sobre todo cumplir la Ley. De esta forma las autorizaciones se dan o no”, afirmó.

Tampoco se mojó por la disparidad de criterios de los alcaldes socialistas afectados, ante el total rechazo del municipio y varios pueblos de Páramo del Sil más directamente afectados, quien también es secretario comarcal del PSOE en El Bierzo, que se limitó a decir que respeta “todas las opiniones”. “Entiendo que cada municipio, más allá de su color político, debe defender sus intereses”, quiso zanjar.

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