La planta exclusiva del Bierzo que crece entre las rocas y que se encuentra en peligro por el paso de escaladores

Un ejemplar de petrocopis grandiflora, o Rompepiedras.

Sara Lombas

En la provincia de León, en concreto en la comarca del Bierzo, existe una pequeña planta de flores violetas que crece allí donde parecería imposible que lo hiciera, en las laderas de las montañas del suroeste de la comarca, lindando con la provincia de Orense y el Parque Natural de Enciña de Lastra, donde también crece. Esta planta es conocida como 'Rompepiedra' pero para conocerla con apellidos es la Petrocopis grandiflora y, aunque es capaz de crecer entre la roca, se enfrenta ahora a un peligro que amenaza su supervivencia: el paso de escaladores. 

Los investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) advirtieron una amenaza sobre la planta Rompepiedra en su hábitat berciano mientras realizaban un estudio en el que incluían esta hierba y otras subespecies de la misma familia, entre los años 2020 y 2022.

El principal motivo que detectaron fue el paso de escaladores en las laderas de las montañas de municipios del Bierzo como Sobrado y Requejo, donde se encuentra una de las siete poblaciones de Petrocopis grandiflora que en los dos años en los que se realizó el estudio había disminuido su población un 70%. El resto de poblaciones, que se reparten en el entorno de la provincia de Orense y la parte berciana que linda con ella, no presentaban este drástico decrecimiento.

Hacía más de una década que esta población no había sido evaluada y, además del paso de escaladores, se cernía sobre ella el riesgo que las canteras del entorno podrían suponer. Por ello, tras la elaboración de un informe que exponía la situación de peligro en la que se encuentra esta planta y su envío a la Junta de Castilla y León, la Consejería de Medio Ambiente adjudicó al CSIC un contrato de 18.096,42 euros para la recuperación de la Rompepiedra en el Bierzo. 

Un trabajo de convivencia

Lo que podría haber provocado tensiones entre los científicos y los escaladores acabó formando una alianza entre ambos, a pesar de que la Junta clausuró varias vías de escalada que estaban dañando a la especie, ya que los deportistas desconocían la particularidad de la planta. “Es una experiencia pionera que se sostiene sobre tres patas; por un lado el CSIC, por otro la Junta y otra son los escaladores. Esto podría haber generado muchas tensiones y no se trata de prohibir el paso de escaladores por toda la ladera, solo las vías en las que se encuentra la población y en la que vamos a plantar. Esto se trata de compaginar ambas cosas de forma sostenible, algo que esperamos que se pueda exportar a otros casos en otras comunidades o provincias”, valora el investigador del CSIC que forma parte del proyecto, Pablo Tejero.  

El objetivo principal del proyecto, que ha comenzado esta semana, es reponer en la medida de lo posible la presencia de Petrocopis grandiflora en las laderas de Sobrado, aunque el investigador Pablo Tejero ya adelanta que, debido a que es un proyecto pionero, no saben el porcentaje de éxito que pueden tener las germinaciones: “No tenemos ni idea de si vamos a tener un éxito del 10 o del 60% porque nunca se ha hecho”, comenta.

“Lo que hemos hecho ha sido marcar en la ladera los lugares en el que se plantarán las semillas de 10 en 10, dejándolas caer para que se asienten solas entre las grietas, como crecen de forma natural”. Para ello cuentan con la ayuda de la asociación Escalda Sostenible, la Federación Galega de Montaña y la del Grupo de Intervención en Altura (GRIA) de los Agentes Medioambientales de la Junta de Castilla y León, que serán quienes escalen a lo largo de la ladera y plantarán las semillas con las indicaciones de los investigadores del Herbario JACA del Instituto Pirenaico de Ecología (CSIC), la Sociedad de Ciencias Aranzadi, El Jardín Botánico de Olarizu de Vitoria, la Sección de Espacios Naturales Flora.

Serán cerca de 2.000 semillas, genéticamente idénticas a la especie que crece en la ladera de Sobrado para que su adaptación sea sencilla y no perjudique a los ejemplares que quedan. Una vez hecha la germinación solo queda esperar a que las semillas crezcan y generen núcleos propios que podrán extender y provocar que la escalada sea compatible con la presencia de la planta, una vez haya salido del peligro en el que se encuentra.

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