Los proyectos de instalación de tres macroparques eólicos en la Sierra de Gistredo y el Alto Sil, promovidos por la multinacional Repsol, sigue recabando una férrea oposición, que se suma a la ya manifestada por el Ayuntamiento y pueblos afectados de Páramo del Sil y varios colectivos.
Ahora se suma una férrea postura contraria por parte de la Plataforma para la Defensa de la Cordillera Cantábrica, que en un amplio informe con abundante documentación consideran demostrado que las tres plantas, que sumarían 43 aerogeneradores en total, afectaría de manera muy grave a hábitats esenciales para especies amenazadas, sobre todo el urogallo cantábrico y el oso pardo.
Estas iniciativas de los proyectos eólicos llamados 'Alto Bierzo-Sil', 'El Páramo' y la ampliación de este último, todos de Repsol y en fase de tramitación administrativa, han sido presentadas por la compañía multinacional como compromiso con la transición energética y el desarrollo de energías renovables. Sin embargo, enfrentan una creciente oposición debido a su posible impacto en el ecosistema y la biodiversidad. Esta confrontación también se produce en el ámbito municipal y político, al confrontarse la postura en contra de Páramo del Sil y las críticas por esa postura, y su posicionamiento a favor, de los alcaldes de Bembibre, Noceda del Bierzo e Igüeña.
El informe elaborado por la Plataforma para la Defensa de la Cordillera Cantábrica, frontalmente contrario por 'atacar' a oso pardo y urogallo cantábrico, este último en gravísimo estado, se basa en datos públicos del Ministerio de Ciencia y Tecnología, destacando que estas áreas elegidas son esenciales para la recuperación de estas especies. Por eso, defienden que la construcción de aerogeneradores, pistas y tendidos eléctricos podría reducir la calidad del hábitat de forma irreversible. “Aunque apoyamos las energías limpias, su implementación no debe comprometer la conservación de lugares críticos para la biodiversidad”, señala en un comunicado Emilio de la Calzada, portavoz de la Plataforma.
El colectivo también subraya que varios proyectos eólicos similares en la zona ya fueron desestimados en el pasado debido al impacto que habrían tenido en los ecosistemas locales. Sin embargo, denuncian que Repsol persiste en su intento de desarrollar estas instalaciones industriales en una zona que consideran “un reducto único para la fauna cantábrica”. Los opositores citan un análisis técnico accesible al público, el cual muestra cómo los puntos proyectados para los aerogeneradores se solapan con las áreas más adecuadas para la supervivencia y recuperación del oso pardo y el urogallo.
Además, la Plataforma cuestiona la sostenibilidad de este modelo de desarrollo industrial, señalando que la implementación de macroparques eólicos en regiones de alto valor ecológico pone en riesgo el equilibrio entre la lucha contra el cambio climático y la protección de la biodiversidad. “La Sierra de Gistredo y el Alto Sil representan un bastión de naturaleza que no debe sacrificarse bajo el pretexto de la energía verde”, afirma De la Calzada.
Se suma así a un amplio frente municipal y social que ha alertado directamente al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico sobre el impacto que los tres macroparques eólicos podrían tener en el Alto Sil y la Sierra de Gistredo. Así se lo trasladaron a representantes ministeriales Alicia García Tejón, alcaldesa de Páramo del Sil; Silvestre Ordoñez Gavela, concejal del mismo municipio; y Marcos Leonardo Alonso, alcalde pedáneo de la Junta Vecinal de Páramo del Sil, acompañados de miembros de la Plataforma para la Defensa de la Cordillera Cantábrica, Bierzo Aire Limpio y una delegación académica.
Tres alcaldes contra una zona
En contraposición, los alcaldes de Bembibre, Noceda e Igüeña –Silvia Cao, Andrés Nogaledo y Alider Presa, respectivamente– han manifestado su apoyo al proyecto de Repsol. Pese a ser compañeros de partido de la alcaldesa de Páramo del Sil, los tres dirigentes socialistas han pedido participar en las reuniones con el Ministerio para respaldar una iniciativa que, según defienden, lleva años de negociación y podría suponer beneficios económicos para todo su territorio. Han insistido en que respetan las objeciones ambientales presentadas, pero consideran que la implantación de energías renovables es esencial para el futuro energético y económico de sus municipios.
La preocupación por la biodiversidad se centra en el hábitat del urogallo cantábrico, una especie en grave peligro de extinción. Según el último estudio oficial, solo quedan 292 ejemplares en España, distribuidos en 350 kilómetros cuadrados de la Cordillera Cantábrica. De estos, el 80 % se localiza en las comarcas leonesas del Alto Sil y Omaña, mientras que el 20 % restante habita en el suroccidente asturiano. Estas áreas coinciden parcialmente con la ubicación proyectada de los parques eólicos, lo que genera alarmas entre conservacionistas y académicos, quienes recuerdan que el Ministerio y otras entidades ya trabajan en iniciativas como la construcción de un nuevo centro de cría en cautividad.