“Hay documentado un total de noventa y cuatro personas que fueron enterradas aquí. De esas noventa y cuatro, veintinueve fueron trasladadas desde Bembibre para ser fusiladas (entre las que se encontraba el alcalde de la villa, Arturo García Alonso) y que constan en los libros de enterramiento como depositadas aquí, en la conocida como zona de caridad, el 5 de mayo de 1937”. Quién pronuncia estas palabras es Laura Martínez Panizo codirectora de la exhumación, que junto al coordinador del proyecto, Alejandro Rodríguez Gutiérrez y la codirectora Tania Rial Figueiras explicaron durante la tarde de ayer, en el antiguo cementerio del Carmen de Ponferrada, lo que esconden años de silencio e intento de olvido ante unas cincuenta personas.
La intervención en el antiguo cementerio del Carmen de la capital berciana comenzó por parte de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) en el año 2016. El pasado mes de septiembre, el equipo de Sputnik Labrego estuvo trabajando en una primera fase durante tres semanas (del 2 al 20 de septiembre) mediante el programa de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP). Laura indica que los planos del cementerio no se encontraron, por lo que tuvieron que hacer una composición de lugar mediante planos antiguos y los conocidos como ‘vuelos de los americanos’ de los años cincuenta que se encuentran en la web del Plan Nacional de Ortofotografía Aérea.
El cementerio del Carmen se abre a mediados del S XIX en las inmediaciones del antiguo Monasterio de las Carmelitas, cuando Ponferrada contaba con una población de unas cinco mil personas. En el momento de su clausura, a mediados de los años sesenta, Ponferrada pasa de tener cinco mil habitantes a más de cincuenta mil.
“Al empezar la prospección vimos que las sepulturas que iban saliendo eran demasiado sofisticadas para albergar a víctimas de la represión franquista, ya que a estas o las introducían en cajas muy humildes o directamente las arrojaban en fosas comunes”, señala Martínez Panizo. En esta primera prospección, destaca Laura, aparecieron los restos de cuatro personas enterradas dignamente, en posición de descanso eterno y con orientación este-oeste. “Eran pruebas obvias de que los restos no coincidían con los que estábamos buscando”, señala. En una nueva interpretación, concluyen que la zona de caridad o zona sexta es en la que están trabajando en esta segunda fase.
Al aparecer restos que no se correspondían y no dar con los buscados, el actual equipo de gobierno de la capital berciana, que planifica construir un nuevo centro de salud en los terrenos del antiguo cementerio, asignó una nueva partida para un proceso de búsqueda que finaliza este viernes. El problema, informa la codirectora del proyecto, que “esto supondría alargar el proceso bastante tiempo, ya que limpiar todo el cementerio es una labor que implica un equipo mucho más amplio y una labor previa importante”.
Sobre los restos de los represaliados, hasta la fecha han aparecido cuatro, los mismos que en la fase anterior, entre ellos uno enterrado boca abajo, con los brazos en la espalda y el cráneo totalmente destrozado. En la conocida como zona de caridad, relata Laura, hay una zona que queda reservada para el ayuntamiento, otra para el hospital y otra para la cárcel.
Sobre las visitas de posibles familiares, desde Sputnik Labrego señalan a los familiares de Asunción Macías Gallego, pandereteira, una guerrillera que fusilaron a finales de los años cuarenta en Paradela de Muces. “Trajeron su cadáver desde Paradela hasta Ponferrada exponiéndolo por los pueblos con el objetivo de aleccionar y sembrar el miedo”. Laura indica que los restos de Asunción podrían estar aquí, pero hacer un análisis de ADN de todos los restos es muy costoso, y a fecha de hoy, no cuentan con esos medios, aunque sí deberían facilitarse. Esta parte es gestionada por Laura González, antropóloga del proyecto, y que colaboró con la Cooperativa Panacea, que entre otras labores, desarrollaron un programa de recreación facial y que les ayuda en su trabajo.
Al igual que en la exhumación del cementerio de Fuentesnuevas, esta del cementerio del Carmen está a la vera del Camino de Santiago. Miles de peregrinos pasan al año a escasos metros de la barbarie. “La máxima de verdad, justicia y reparación para las víctimas significa esto, saber lo que pasó, poner sobre la mesa esos crímenes y reparar a las personas que fueron asesinadas por sus valores democráticos. Darles visibilidad a través de un camino cultural europeo ayudaría a reparar parte de tanto silencio y tanto sufrimiento”, finaliza Laura.