Desentierran del cementerio de Primout el misterio del guerrillero antifranquista 'Capitán Fantasma'

Restos óseos del guerrillero 'Capitán Fantasma' localizados por la ARMH en el cementerio civil de Primout.

Carlos J. Domínguez

Tomás Fernández Castro, o mejor dicho, sus restos tiroteados por las fuerzas franquistas represoras allá por la primavera de 1940 en las inmediaciones del pueblo de Primout en la comarca del Bierzo, en León, ya no pertenecen sólo al pasado. Ahora ya son cobijados por su familia, por sus herederos, que pronto le darán auténtica sepultura.

No como la que tuvo durante 83 años, arrojado de mala manera al cementerio civil de la pequeña aldea donde cayó víctima de disparos tras una emboscada del régimen de Franco contra la última y desesperada resistencia miliciana, contra la guerrilla, a la que el asturiano pertenecía en su huida del horror de la represión.

Hasta que sus huesos y su cráneo aparecieron allí donde todos los indicios y testimonios señalaban no tuvieron que transcurrir muchas horas en la excavación casi artesanal que inició el pasado viernes la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH). Muchos calderos de tierra y sedimentos después, apenas a un metro de profundidad, emergió aquel el minero asturiano al que sus compañeros de guerrilla habían apodado 'Capitán Fasntasma'.

Según Marco Antonio González, coordinador de la excavación y presidente de la asociación, el apodo por el que ha pasado a la historia (también le llamaban 'Talalo) se debe a que en el frente de Asturias en el que luchó y alcanzó el rango de capitán había sobrevivido a unos balazos de apariencia y diagnóstico mortal.

Más allá del fantasma, en la fosa de Primout había un ser humano. Y sus restos han dicho mucho a los responsables del proyecto, emocionados con el resultado, la facilidad del hallazgo y la celeridad con la que, cuando terminen las pruebas de cotejo de ADN con la de uno de sus nietos, podrá la familia llevarle a su pueblo natal de Abaña (Mieres, Asturias), de vuelta a “su casa”.

Hasta la Guardia Mora

Entre los que el cadáver ha contado, González resalta que estaba “bastante completo” y que la presencia de “pupas de insectos cuadra con el relato de que pudo estar a la intemperie más de 24 horas” después de que la refriega, en la que se según algunos testimonios “hasta subió la Guardia Mora de Páramo del Sil”, acabara con su vida.

Casi la única espina que se le clava aún a la ARMH con este capítulo de su ya dilatado recorrido es no poder certificar lo que jamás pudo ningún historiador ni experto: zanjar la fecha en la que ocurrieron los hechos de Primout, que a la postre resultó ser vital para que los milicianos huidos desde el Frente Norte en Asturias tras vencer las tropas nacionales, y que pretendían huir a través de Portugal, no tuvieran más remedio que quedarse entre los montes del Bierzo, Zamora y Orense para acabar fundando en 1942 en Ferradillo la primera organización guerrillera antifascista de España y Europa, la Federación de Guerrillas de León-Galicia.

Desentrañando la historia

González cuenta que la única referencia encontrada, dado que no hay causa judicial o militar, y que no han registro de defunción alguno, es una noticia aparecida en 1942 sobre la detención de dos mujeres de Langre, viudas de dos represaliados, en cuya investigación la Guardia Civil se remontó a unos hechos ocurridos en Primout el 6 de junio de 1940. “Hablan de posibles guerrilleros en la zona” y quizá “antes o después” de ese día se produjera algún chivatazo o pista fiable de su presencia, lo que habría motivado el despliegue represor que acorraló a los huidos, guiados por un tal Jorge El Joven, y acabó con el Capitán Fantasma cuando éste cubría a sus compañeros.

Aprovechando la estancia para la excavación, “usamos el detector de metales en las zonas donde los vecinos nos dijeron que estaban las posiciones de unos y otros” aquel fatídico día, y las certificaron casi sin lugar a dudas al localizar “un casquillo de (fusil) Mauser y varios proyectiles de arma corta” en una zona de antiguas huertas, al sur del pueblo de Primout.

Todo ello ha servido a la ARMH no sólo para desenterrar a Tomás Fernández sino para retirar tierra también de una parte del pasado de España tan silenciada como violenta, tan heroica como trágica, en la desigual lucha por la democracia y contra la dictadura que se vivió en recónditos parajes del país, hoy prácticamente ya abandonados.

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