Autorizan a una empresa vinculada a Victorino Alonso volver a extraer hierro del Coto Wagner en El Bierzo

Instalaciones de Coto Wagner, en El Bierzo.

Redacción EL BIERZO / Agencia ICAL

La Junta de Castilla y León le da el visto bueno ambiental a una empresa vinculada a Victorino Alonso para volver a extraer hierro de la histórica explotación Coto Wagner en El Bierzo.

El Boletín Oficial de Castilla y León (Bocyl) publica este viernes la orden de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, que dirige el leonés Juan Carlos Suárez-Quiñones, con la declaración de impacto ambiental favorable al proyecto minero de Intauxma en los términos municipales de Castropodame y Molinaseca, que se lleva pidiendo desde 2017.

La concesión minera de Coto Wagner data de 1919, si bien la explotación de la mina no empezó hasta 1948. Durante décadas, hasta 1982, la MSP (Minero Siderúrgica de Ponferrada) extrajo hierro para abastecer, principalmente, a los altos hornos del País Vasco y la Empresa Nacional Siderúrgica (Ensidesa) de Avilés.

Cuando la MSP quebró, en los años 90, pasó a manos del condenado empresario minero Victorino Alonso, que entró en prisión por varios delitos medioambientales en minas de carbón en Laciana y Babia. Los bienes de la MSP pasaron a Coto Minero Cantábrico (CMC) y, cuando esta también quebró, parte de sus permisos de explotación minera se transfirieron a la sociedad Intauxman, que ahora reclama volver a sacar hierro de Coto Wagner.

En Intauxman figuran como administrador único Miguel Martínez Miguélez y como apoderado Jonathan Pérez Díaz. Ambos figuran a su vez en empresas vinculadas a Victorino Alonso como Ferpi, Antracitas de Lumajo o Distribución Eléctrica del Sil.

El proyecto actual consiste en la explotación de interior del yacimiento de hierro, que podría emplear a 190 personas, con un presupuesto de 58 millones de euros y un coste operativo estimado en 51 euros/tonelada producida.

Una vez realizado el análisis técnico del expediente se informa “favorablemente”, a los efectos ambientales, el desarrollo del proyecto, “siempre y cuando se cumplan las condiciones que se establecen en las declaración de impacto ambiental, las medidas protectoras y correctoras del proyecto, el estudio de impacto ambiental, el programa de vigilancia ambiental, y la documentación complementaria presentada, y ”sin perjuicio del cumplimiento de las normas urbanísticas o de cualquier otro tipo, que puedan impedir o condicionar su realización“.

El proyecto, según la información consultada por la Agencia Ical, consiste en la explotación de interior a lo largo de 12 años con una media de alimentación anual de 2,5 Mt (tonelada métrica), con dos años de preparación y tres de cierre, lo que supone un total de 17 años de explotación.

Durante el primer año de operación se contempla el retratamiento del mineral vertido en la zona de La Repierta (en la localidad de Calamocos, perteneciente al término municipal de Castropodame), área sobre la que se ha solicitado su clasificación como recurso de la Sección B, asumiendo un 50 por ciento de la alimentación con este material con el 50 por ciento restante procedente de las labores de desarrollo transversal en zona mineralizada. El procesamiento de los materiales sitos en La Repierta liberará, a su vez, un área esencial para las infraestructuras que se han desarrollado en el documento presentado.

El mineral transportado desde el interior de la mina será descargado en un área de acopio denominada ROM stockpile y con 6.000 metros cuadrados de superficie. Este área de acopio tendrá diferentes zonas asignadas a los sub-tipos de mineral que se clasifiquen según el control de leyes pactado entre los departamentos de minería y de metalurgia. Se estima que se puedan acopiar hasta unas 10.000 toneladas de minerales. Para el beneficio del mineral se ha diseñado una planta de tratamiento con una capacidad nominal de 340 toneladas a la hora en la que el mineral es sometido a machaqueo, molienda, flotación y separación magnética, espesado y filtrado del concentrado. Los lodos de tratamiento serán espesados, filtrados y cementados, y utilizados para el relleno de labores de interior. A nivel de proyecto se considera necesaria la ejecución de una instalación en superficie para la gestión de los residuos de proceso, así como para el manejo de los residuos generados por la actividad extractiva.

La zona se corresponde, según Ical, con la denominada La Repierta, donde se encuentran los acopios de mineral acumulados de antiguas explotaciones. De hecho, Intauxma lleva desde 2019 reaprovechando las escombreras que había dejado la antigua explotación. El procesamiento de los minerales acumulados permitirá ajustar el proceso y regenerar un área actualmente afectada por los acopios y que será acondicionada como instalación de gestión de residuos adecuándose a la actual normativa de aplicación. Además, en relación con la gestión del agua, se propone una captación y dos vertidos, uno de aguas residuales domésticas y otro de aguas residuales de proceso industrial, la construcción de dos balsas, una de agua fresca y otra de proceso, y de una planta de tratamiento de aguas (PTA).

Onamio se hunde por el Coto Wagner

La pequeña localidad de Onamio (Molinaseca) “flota” sobre cuatro kilómetros de galerías y convive con decenas de hundimientos y socavones, algunos con hasta ocho metros de diámetro, por la explotación del Coto Wagner, tal y como publicó hace ya más de una década Vanessa Silván en un reportaje para la Agencia ICAL.

En el mismo se ponía de manifiesto el riesgo de hundimiento del terreno, recogido en varios informes realizados por la Junta y por la empresa CMC, que reconocían la existencia de una serie de oquedades a distintas profundidades que tarde o temprano van a ser nuevos hundimientos y deberían estar vigiladas.

Un simple paseo por el monte de Onamio demuestra la magnitud que tuvo la explotación del Coto Wagner, unos de los pilares del sueño de Julio Lazúrtegui de convertir al Bierzo en una segunda Vizcaya. El filón de hierro, que viene desde Galicia y llega hasta la zona de Astorga, cruza el pueblo y es visible en varios puntos, como si fuera un desfiladero, un corte vertical de gran profundidad y que también constituye un riesgo, ya que nada alerta de que el terreno acabe tan abruptamente.

Entre pinos y robles se descubren partes de la mina que se han hundido y que dejan a la vista las cámaras de dónde se extraía el hierro -entre lo que se denomina techo y el muro de la capa-, en cuyas paredes todavía se pueden observar los agujeros o galerías que servían para pasar de una cámara de otra, atravesando el 'macizo' que las separaba.

Hoy en día, Onamio todavía guarda en sus entrañas unas importantes reservas de hierro que, según algunos sondeos, serían de unos 400 millones de toneladas de este mineral que ahora se podrían volver a explotar.

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