Candín tiene en un cajón el expediente para llamarse Ancares: sin personal municipal y con Feijóo en Madrid

El Ayuntamiento de Candín tiene metido en un cajón el expediente para cambiarse el nombre por el de Ancares, porque si el alcalde, el 'popular' José Antonio Álvarez Cachón, lo tuviera sobre su mesa ya tendría una buena capa de polvo. Desde la incorporación a principios de este año de los informes de la Real Sociedad Geográfica y la Real Academia de la Historia, que avalan que el municipio pase a denominarse como el valle en el que se enclava y el río que lo riega, el Consistorio no ha vuelto a mover un papel.

El argumento del regidor 'popular' es la falta de personal en el pequeño municipio del extremo occidental de la provincia de León pegando con Galicia de apenas 250 habitantes. Su Secretario municipal, que comparte con otros Ayuntamientos de la comarca del Bierzo, ha concursado para cambiar de plaza, lo que ha impedido siquiera, según su versión, haber contestado a las alegaciones presentadas en tromba desde el otro lado de la frontera del municipio y de la Comunidad: las de la Xunta de Galicia, la Diputación de Lugo, los concellos lucenses de Baralla, Becerreá, As Nogais, Pedrafita do Cebreiro, Navia de Suarna y Cervantes, las de un particular y las de una asociación.

El 'bloqueo' administrativo coincide, además, con el salto de Alberto Núñez Feijóo de la presidencia del PP en Galicia y la Xunta a la cúspide del PP nacional, con las elecciones autonómicas anticipadas en Castilla y León por el medio, y a las puertas de las elecciones municipales de mayo del 2023.

Los siguientes pasos a dar, sin horizonte temporal

De esta manera, la situación es exactamente la misma a la de enero de este año. El Ayuntamiento de Candín lo primero que tendrá que hacer, si saca del cajón el expediente, es dar contestación a todas y cada una de las alegaciones presentadas. Después, llevar el cambio de nombre a Pleno y, tras aprobarlo que para eso lo han solicitado ellos y el grupo municipal 'popular' tiene mayoría absoluta en el Consistorio, debatirlo y votarlo en el Consejo Comarcal del Bierzo que tiene la competencia transferida de la administración autonómica para concedérselo o no.

A pesar de que el Consejo Comarcal del Bierzo está gobernado por el PSOE, con Gerardo Álvarez Courel en la Presidencia, hay un compromiso territorial de sacar adelante la iniciativa que, en caso de no dejar conformes a los gallegos, tendrá que dirimirse en los tribunales.

Dos años de expediente en el aire

El 16 de diciembre de 2020 el Pleno de Candín dio su visto bueno al inicio del expediente de cambio de nombre por el de Ancares, pero no tardó en encontrarse de frente con la oposición tajante de sus vecinos. La Diputación de Lugo, que preside el socialista José Tomé, fue la primera en presentar alegaciones para tratar de frenar lo que consideran un intento de apropiación del nombre que, defiende, abarca también a los seis concellos lucenses que se sumaron a la misiva. La línea argumental fue la misma que siguió la Xunta de Galicia para sumarse a la ofensiva gallega, que agotó el plazo para alegar. Además, se registraron también alegaciones por parte de un particular y una asociación.

Al menos, nadie de la provincia de León ni de la Comunidad de Castilla y León ha mostrado su rechazo al proceso, lo que deja un solo frente abierto en el que centrar los trabajos y esfuerzos por conseguir el cambio de denominación.

Para desmontar el principal eje del discurso gallego de que Ancares también es Galicia, el Consistorio berciano solicitó informes detallados a las universidades de León y Oviedo, a la Diputación de León, al geógrafo que fuera director general de Administración Territorial de la Junta de Castilla y León en la provincia de León, Eduardo Fernández y a la Real Sociedad Geográfica y la Real Academia de la Historia.