Ecologistas en Acción pide parar la fábrica de amoniaco de Bembibre, un “chanchullo peligroso vestido de verde”

Polígono Industrial del Bierzo Alto en Bembibre.

Redacción EL BIERZO / Agencia ICAL

Ecologistas en Acción de León pide a la Junta, la Confederación Hidrográfica Miño-Sil y el Ayuntamiento de Bembibre la paralización del procedimiento de autorización ambiental y evaluación de impacto de la planta de producción de amoniaco renovable que promueve una filial de la empresa Capital Energy. La organización, que tacha el proyecto de “chanchullo peligroso vestido de verde”, señaló que los informes del Consistorio y del organismo de cuenca son preceptivos y vinculantes y cualquiera de ellos, si fuera negativo, daría lugar al archivo del expediente. De llevarse a cabo, la iniciativa supondrá consumir casi un millón de metros cúbicos al año (896.265) que provendrá de la red de agua potable municipal, casi un 40% de la captación desde el embalse de Bárcena que fue legalizada en el año 2022 por la Confederación Hidrográfica Miño-Sil.

“El amoniaco producido sustrayendo anualmente cerca de 1.000 millones de litros de agua potable del abastecimiento urbano de Bembibre no es verde ni renovable”, aseguró Ecologistas, que indicó que el proyecto requerirá la construcción de nuevas infraestructuras: una línea aérea de alta tensión de 11,4 kilómetros para tomar la energía eléctrica de la red de transporte; y un hidroducto de 3,4 kilómetros para evacuar el hidrógeno excedente a la red gasista nacional. “Estas infraestructuras ni se han proyectado ni se ha estudiado su impacto conjuntamente con la planta de amoniaco, en otro claro ejemplo de fragmentación fraudulenta de proyectos”, añadió sobre esta iniciativa que se implantaría en la nueva fase del Polígono Industrial Bierzo Alto de Bembibre. El PP municipal ha afeado la “falta de seriedad” y el “baile de cifras” en los que, a su entender, estaría incurriendo el equipo de Gobierno del PSOE y UPL con respecto a este proyecto.

Por otra parte, Ecologistas en Acción sostiene que no parece sensato admitir la solicitud de autorización de un proyecto cuya justificación y finalidad se desconoce, puesto que no se sabe el destino y el uso de la producción anual prevista, 26.459 toneladas de hidrógeno y 148.140 toneladas de amoniaco. Además, indicó que su viabilidad económica y ambiental “no está demostrada”. Tampoco, denunció, consta estudio de eficiencia energética que determine la tasa de retorno de la enorme cantidad de energía eléctrica que se prevé consumir, 325,3 megavatios de consumo instantáneo máximo y un consumo anual de 2.937 gigavatios-hora. 

En la planta proyectada, advirtió la organización ecologista, se almacenarán sustancias peligrosas como “amoniaco, H2, hidróxido de potasio y aceites”. La capacidad de almacenamiento en estado líquido se estima en 4.000 toneladas, cantidad que supera ampliamente el umbral de 200 a partir del cual se aplica el nivel superior de exigencia del Real Decreto 840/2015 sobre medidas de control de los riesgos inherentes a los accidentes graves en los que intervengan sustancias peligrosas (conocido como Directiva Seveso).

El colectivo reclama a la alcaldesa de Bembibre, Silvia Cao, que emita “informe urbanístico desfavorable porque la fábrica de amoniaco captaría cerca del 40% de la concesión de agua de la que dispone el municipio” (2.300.000 metros cúbicos del pantano de Bárcena) al avisar de que “podría afectar negativamente al caudal y a la presión de la red de suministro urbano, y al funcionamiento de la EDAR” (Estación Depuradora de Aguas Residuales), así como implicar un “riesgo de accidentes graves” tanto a Bembibre como a la línea ferroviaria León-A Coruña.

También se dirige al presidente de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil, José Antonio Quiroga, al entender que el consumo de agua previsto “podría ser incompatible con el Plan Hidrológico”. “El cambio climático obliga a extremar las medidas preventivas para evitar la sobreexplotación de los recursos hídricos en un horizonte de escasez”, alerta para solicitar a continuación que “se considere la inadmisibilidad del vertido de las aguas residuales industriales (cuantificadas en 360.000 metros cúbicos al año) que, sin tratamiento previo, llegarían a la EDAR de Bembibre, cuya autorización de vertido al río Boeza posiblemente haya que modificar”.

Y finalmente solicita al consejero de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, el leonés Juan Carlos Suárez-Quiñones, “la paralización del proyecto por los motivos expuestos y porque la documentación presentada por el promotor no reúne los requisitos mínimos legalmente exigidos para realizar el estudio de impacto ambiental y solicitar la autorización ambiental integrada”. 

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