La voz de Nevenka Fernández resuena en el Congreso: “Fue terapéutico comprender que no estaba sola”

Nevenka Fernández, interviniendo por videoconferencia ante el Congreso de los Diputados.

Agencia EFE

Veinticinco años después de tener que huir de España tras denunciar el acoso sexual que sufrió, el testimonio de la leonesa Nevenka Fernández ha resonado en el Congreso de los Diputados, donde ha querido compartir su historia por todas aquellas víctimas que no pueden alzar la voz.

“Nunca pensé que estaría aquí hoy. (...) Tengo suerte de estar aquí, por todas las que no pueden hablar, por las que ya no pueden hablar”, ha explicado en el acto conmemorativo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en el que ha participado por videoconferencia desde Dublín.

Fernández (Ponferrada, León, 1974) ha indicado que su presencia en el Congreso en este 25N evidencia el profundo cambio que ha dado España en relación a la lucha contra las violencias machistas y ha defendido que recibe con “honor” la responsabilidad de “intentar poner un grano de arena” para crear una sociedad mejor para todas las mujeres: “Es lo que me mueve y lo que continuará moviéndome en el futuro”.

“Tremendamente emocionada”, ha contado que denunció el acoso sexual que sufrió por parte del alcalde de Ponferrada, Ismael Álvarez, como única forma de sobrevivir, pese al gran coste que conllevó, ya que se fue de España para poder tener una vida. Las consecuencias fueron “devastadoras” tanto para ella como para su familia.

“Las consecuencias de aquella denuncia han durado y perdurado muchísimos años”, ha confesado, para hablar de una revictimización sostenida durante largo tiempo. “Tenemos que promover más mecanismos que ayuden a que se pueda reportar la violencia de forma segura”, ha pedido.

En el momento en el que ella denunció, “el lugar de las mujeres era el lugar de la culpa”. Estuvo 17 años en silencio, pero las movilizaciones feministas a raíz del juicio por la violación grupal de los sanfermines sirvieron de catarsis para comprender que su historia podría ayudar a otras víctimas.

“Para mí fue terapéutico comprender que no estaba sola”, ha relatado. Desde entonces, trata de que otras víctimas sientan que no lo están.

El relato de Nevenka Fernández ha protagonizado el acto institucional del Congreso por el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

“Valiente”, dice Armengol

La presidenta de la Cámara Baja, Francina Armengol, ha destacado que Fernández es “una mujer valiente, que abrió camino y que puso su vida y su cuerpo para decir 'basta' a la violencia y al acoso sexual”.

“Demasiadas veces una mujer se vio sola, abandonada por la sociedad y por el sistema, al denunciar a su agresor. Afortunadamente, décadas de lucha feminista nos han llevado a convertir el tiempo verbal de esa frase en pasado. Ya no es esa la norma. Ya no es eso lo que queremos ser. Ahora somos el pueblo de las manifestaciones masivas en favor de la lucha feminista, del 'hermana, yo sí te creo', del #Cuéntalo, del #Metoo”, ha celebrado.

Armengol ha dicho que es motivo de orgullo saber que se ha pasado de mandar al exilio a quien denuncia a su agresor, en alusión a Fernández, a generar la confianza para que cada vez se denuncien más los delitos contra la libertad sexual: “Que se vean, que se sepan, que se persigan”, ha incidido.

“Es de vital importancia construir cabos que lanzar a quien se ve naufragando en un océano de violencia. Una mano amiga que acompaña, alguien que escucha, una voz que te recuerda que hay gente al otro lado. Unas instituciones que responden, un sistema que funciona, una sociedad que sabe a quién hay que proteger, empoderar. Por eso también es de vital importancia construir mecanismos que utilizar con quien ejerce o puede ejercer violencia”, ha señalado la presidenta del Congreso.

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