Viaja a la era carbonífera y descubre su origen

César Sánchez

ileon.com

Ene.Museo Nacional de la Energía ha presentado este jueves el proyecto arquitectónico de Ene.bosque, la sede en la que se recreará el ecosistema que había en El Bierzo hace 300 millones de años, cuando se crearon las plantas que dieron origen al carbón.

Esta instalación se ubicará en la ciudad de Ponferrada, en la zona en la que antiguamente hubo una montaña de carbón. De esta manera se recuperará para la ciudad un espacio que se encuentra degradado como resultado de la actividad industrial.

Representantes de Enguita & Lasso de la Vega Arquitectos e Inés Ingenieros Consultores, empresa ganadora del concurso de ideas, han expuesto la concepción de la infraestructura como un retorno al origen del periodo Carbonífero dando forma a una burbuja que tras sumergirse hace millones de años, emerge de nuevo ascendiendo desde el fondo de la Tierra.

El visitante se internará en un bosque vivo, similar a los que existieron en la península Ibérica hace 300 millones de años, cuando su posición geográfica era ecuatorial y su clima se mantenía permanentemente cálido y húmedo. En estas condiciones fue donde se produjo la biomasa que acabaría transformándose en carbón, seña de identidad de las comarcas del Bierzo y Laciana.

El interior del invernadero se compondrá de un paisaje de gran riqueza visual, definido por bandas y huecos dispuestos de modo estratégico para garantizar la luz indirecta y también para ofrecer vistas de los otros dos edificios que componen el Museo, Ene.central y Ene.térmica, además de la ciudad y los montes de la zona.

Ene.bosque será todo paisaje. La arquitectura que lo compone difuminará sus límites en el territorio y de esta manera, todo el proyecto deberá entenderse como un paisaje. La propia cubierta del invernadero fomentará el uso de un parque-museo en el que los visitantes podrán acercarse a la naturaleza, sentarse a descansar, tomar el sol, etc., de forma que puedan sentirse en un espacio agradable y convertirlo en un lugar propio.

A fin de conseguir un paisaje interior de aspecto natural, el plano del terreno será modelado para que surja un pequeño valle natural que cuente con superficies diversas y muy ricas. El resultado será una superficie irregular que aportará las condiciones naturales que favorecen la biodiversidad.

Ene.bosque será un paisaje intermedio entre las dos centrales: Ene.central y Ene.térmica. Una nueva forma natural que evocará la antigua montaña de carbón que allí existió. Se ubicará además, hundido en el terreno por dos razones principales: equilibrar su impacto visual emergiendo lo mínimo, y ofrecer una entrada en descenso al fondo de la tierra, evocando los lugares donde se sumergieron los bosques y se hallaron los yacimientos de carbón.

El uso de la energía solar de una forma inteligente ha sido una prioridad en configuración del proyecto de Ene.bosque. Es por ello que incorporará una cúpula natural que tendrá como fin principal optimizar el comportamiento solar de todo el edificio. Detener la insolación directa, permitir la iluminación indirecta y facilitar la ventilación cruzada son algunas de las funciones que tendrá esta estructura.

Espacios

A Ene.bosque se accederá descendiendo hasta el punto más bajo donde se encontrará el vestíbulo de acceso. Este espacio tendrá un marcado carácter educativo puesto que será aquí donde se realice un repaso por las investigaciones de los grandes científicos, botánicos, geólogos y biólogos que imaginaron y representaron estos bosques en el pasado.

Dejando atrás el vestíbulo, el espacio comenzará a transformarse convirtiéndose en un túnel del tiempo, donde se alterarán las referencias espaciales preparando al visitante para la aparición sucesiva y súbita del bosque carbonífero resurgido del pasado.

A la salida del túnel del tiempo, nos encontraremos con una vista espectacular del bosque pudiendo entonces recorrerlo libremente, guiados por el movimiento en espiral de la planta. Se trata de una planta libre, en la que cada persona elegirá un recorrido en función de sus propios deseos. Así, podrá atravesar un estanque, visitar la playa natural, pasear por las múltiples sendas abiertas entre la vegetación y finalmente dirigir los pasos hacia una gruta denominada sala de carbonización.

En este punto, el visitante podrá observar los procesos de carbonización de la biomasa y las réplicas y restos fósiles del periodo del carbonífero, teniendo además, una visión subacuática de la laguna.

Después de haber recorrido la zona más baja del invernadero, comenzará la ascensión en la que adquiere protagonismo una gran cascada de 9 metros que podrá recorrerse en diferentes alturas e incluso visitar un espacio tras ella reservado para la observación de diferentes especies de la época. Para finalizar el recorrido, una senda superior permitirá subir al punto más alto del recorrido conduciéndonos a un mirador situado a 10 metros de altura, cuyas aguas veremos manar misteriosamente bajo nuestros pies.

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