Día de La Encina negro en El Bierzo: así se quemó la comarca en tres semanas, de Las Médulas a la Tebaida

El Bierzo amanece este lunes 8 de septiembre con muy poco que celebrar el día de su patrona, la virgen de La Encina. La comarca vive su día de fiesta más negro, después de los gravísimos incendios que arrasaron sus montes este verano, pusieron en alerta a cientos de sus vecinos y se cobraron la vida de un bombero forestal. Las Médulas, Cabrera, Fornela, la Somoza, Ancares, la Tebaida Berciana, el Alto Sil... Apenas quedó un rincón libre de la tragedia.
Hace exactamente un mes que El Bierzo empezó a arder. Las primeras llamas se registraron en Llamas de Cabrera (Benuza), Yeres (Puente de Domingo Flórez), Anllares (Páramo del Sil) y Fasgar (Murias de Paredes), entre los días 8 y 9 de agosto. Un mal fin de semana que se terminó convirtiendo en tres semanas de lucha incansable contra unos incendios que, por falta de medios, no se atajaron a tiempo y se convirtieron en gigantes sin control que redujeron a cenizas todo lo que se encontraron a su paso.
Los avances durante la noche de los bomberos forestales y miembros del ejército que acudieron a colaborar de poco servían en cuanto amanecía un nuevo día, con más calor y viento, y cambiante, a partir del mediodía, que desbarataba el plan antiincendios.
Los vecinos de los pueblos de Las Médulas y Carucedo fueron desalojados mientras las llamas llamaban a sus puertas y quemaban varias casas. El yacimiento arqueológico Patrimonio de la Humanidad de Las Médulas quedó teñido de negro y perdió castaños centenarios, el verdor característico que contrastaba con sus tierras anaranjadas y uno de sus museos.

En el corazón de la comarca, en Villaverde de los Cestos (Castropodame), hubo que actuar de urgencia y evacuar in extremis más de medio centenar de personas de una veintena de chalés porque las llamas cercaban las viviendas. Dos hidroaviones que actuaban en Llamas de Cabrera y Yeres pararon lo que podría haber sido una tragedia, pero que se saldó con varios heridos por quemaduras.
Cuando la situación parecía que no podía ir a peor, empeoró y lo hizo cada día durante semanas hasta que llegaron las lluvias. Los dos superincendios de Llamas de Cabrera y Yeres se terminaron juntando en uno gigantesco que seguía creciendo a merced de hacia dónde soplase el viento, con unos frentes de fuego kilométricos. Se extendió tanto que llegó a la Tebaida Berciana y quemó buena parte del Valle del Silencio que todavía se estaba recuperando del último incendio grave de 2017.

Mientras tanto, en Anllares, Fasgar y la Somoza ardían reservas de la biosfera, hábitat de especies protegidas como el oso pardo y el urogallo cantábrico. Durante días, con solo un agente medioambiental vigilando que las llamas no llegasen a un pueblo, porque no había medios suficientes para sofocar tantas llamas.
Después fueron los incendios de Molinaseca y Berlanga, el de La Baña llegado desde Zamora y, de la vecina Galicia, entró por Oencia un incendio de Ourense, con muchísima fuerza, que se llevó por delante el pueblo de Lusío y puso en alerta al municipio de Corullón y obligó a sacar de sus casas a cientos de vecinos. La comarca del Bierzo llegó a acumular hasta ocho incendios simultáneos muy graves, que volvieron el aire irrespirable durante días en los que el humo era tan denso que llovía ceniza y nunca salía el sol.
Este 8 de septiembre, día de La Encina, la comarca está negra y de luto. A los tradicionales actos políticos, religiosos y festivos se une una convocatoria silenciosa, para protestar contra la gestión de la extinción. Y habrá una importante ausencia, la del consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez Quiñones, habitual representante de la Junta de Castilla y León el día de El Bierzo, única comarca reconocida en el estatuto autonómico. Tampoco irá en su lugar el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco. Está previsto que acuda la vicepresidenta y consejera de Familia, Isabel Blanco.
A día de hoy siguen activos los incendios de Fasgar y Colinas del Campo de Martín Moro Toledano y todavía aparecen en la web Infocil, aunque ya como 'controlados', los de Anllares, Llamas de Cabrera y La Baña. Lo que queda pendiente es una información oficial y en detalle de las causas, las labores de extinción, la superficie quemada, los daños personales y los medioambientales que han ocasionado en la comarca, así como una justificación de por qué el máximo responsable del operativo de extinción estaba de comida en Gijón cuando El Bierzo ya estaba en llamas.