Endesa avisa a la Junta del peligro de no derribar las torres de Compostilla al llevar meses en desmantelamiento

Las torres de la central térmica de Compostilla en Cubillos del Sil no es que se derriben, es que se caen. Endesa avisa a la Junta de Castilla y León del riesgo que supone dejarlas donde y como están puesto que llevaban meses en desmantelamiento para que dinamitarlas fuese más sencillo, pero la administración autonómica decidió paralizar in extremis su detonación y evitar que el skyline del Bierzo perdiese su último símbolo minero tan solo tres días antes de la patrona Santa Bárbara con la excusa de estudiar si las declara Bien de Interés Cultural.

La empresa presentó recurso de alzada contra la medida tan imprevista como apresurada de la administración autonómica de detener la detonación alegando, de manera textual, que “es de destacar que los trabajos preparatorios para la voladura controlada, que están completamente realizados, han supuesto un debilitamiento muy importante de la resistencia estructural que tenían los elementos a demoler” y, añade que, “es por todo ello de advertir del peligro que supone para las personas y las cosas la posibilidad del colapso incontrolado que pudiera acontecer de los restos de las torres y chimenea pendientes de la voladura de retrasarse ésta”.

En sus alegaciones, Endesa recurrió además la suspensión total de las obras de desmantelamiento previamente aprobadas por la Junta para dejar como un solar su central térmica y más teniendo en cuenta que la administración autonómica solo le había trasladado vagamente su intención de estudiar si reconocía como Bien de Interés Cultural en la categoría de Patrimonio Industrial las torres, “todas o alguna”. Como ha podido conocer este medio, la eléctrica acompañó sus argumentos de “varios informes técnicos” que establecen que “en el estado actual de las construcciones”, de las que ya se habían retirado elementos y se habían hecho perforaciones para introducir las cargas de dinamita, “éstas no reúnen las condiciones que puedan requerir las regulaciones aplicables para una vida perenne” y su situación es delicada.

Ante este escenario, que el alcalde de Cubillos del Sil, Antonio Cuellas, ha calificado como “ocurrencia electoralista”, “el último día, en el último minuto y el último segundo”, para “jugar una vez más” con el sentimiento minero del Bierzo, se mantiene la incertidumbre sobre qué pasará con las torres térmicas y el suelo industrial que ocupan.

La Junta ha decidido estimar parcialmente el recurso de Endesa y permitir que continúe el desmantelamiento del resto de la térmica según estaba previsto. Así, la paralización de los trabajos afecta solo a “las dos torres de refrigeración de los grupos 4 y 5, con un perímetro de 100 metros alrededor de la base de las torres; la chimenea del Grupo 3, con un perímetro de 180 metros alrededor de la base; las dos chimeneas de 280 metros de altura, con un perímetro de 50 metros alrededor de la base, hasta tanto en cuanto no se manifieste el órgano competente para la incoación del procedimiento para su declaración como Bien de Interés Cultural”.

En cambio, la administración autonómica hace oídos sordos del peligro que puedan estar corriendo los trabajadores de la subcontrata que siguen con la desmantelamiento del resto de las instalaciones de la térmica, que son 50 empleados menos de los que había antes de la paralización parcial de los trabajos, y a los que Endesa tiene prohibido saltarse las medidas de seguridad con acotamiento y cierre del perímetro de las torres.