El mayor experto en Las Médulas nunca creyó que el paraje fuera a sufrir un incendio de las dimensiones del que lo pone en estos días en la portada informativa de España. “Pero la última vez que yo estuve por allí, y fue hace no mucho, aquello parecía una selva. Tendrían que haberse hecho podas con antelación”, dice el antiguo arqueólogo del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) Javier Sánchez-Palencia, que lideró los trabajos que dieron como resultado la declaración del antiguo yacimiento de oro romano como Patrimonio de la Humanidad en 1997. “No es ni el primer ni el segundo ni el tercer fuego que se produce, pero nunca imaginé que llegara a estas dimensiones”, responde al teléfono todavía con las duras imágenes del desastre en la retina: “Y me han impactado todas”.
Ahora ya desde la distancia, Sánchez-Palencia se mantiene al tanto de lo que ocurre en Las Médulas. Y fue informado ya el sábado “por gente de la zona” del incendio originado en Yeres (Puente de Domingo Flórez), la chispa que desató un fuego voraz que se cobró castaños centenarios, llegó hasta emblemas del paraje como el Mirador de Orellán y provocó el desalojo de vecinos de varias localidades. El arqueólogo, que empatiza con los habitantes que están “indignados porque se sienten abandonados”, echa en falta medidas de prevención ya implícitas en el informe de la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) que dio pie a la declaración como Patrimonio de la Humanidad, un documento que hablaba de la necesidad de contar con “suficientes medios humanos y técnicos”.
El incendio se ha producido apenas un año y medio después de la polvareda levantada por el proyecto impulsado por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León (precisamente la que lidera el operativo contra el fuego) para acondicionar rutas para BTT (Bicicletas Todo Terreno) en tramos de los canales romanos, la red hidráulica más importante del Imperio Romano, una infraestructura clave al conducir el agua que removió las montañas para extraer el oro hasta dejar las singulares formas del paraje. “Y este es un ejemplo clarísimo del mucho dinero que se ha destinado a tonterías y no a prevención. Se destinaron 800.000 euros, que se dice pronto, para habilitar rutas. Como si no hubiera otros sitios para hacer rutas en León… Y sin ningún arqueólogo que hiciera un seguimiento. Como si fuera en el siglo XIX”, censura el arqueólogo, muy crítico desde el principio con esta iniciativa.
Preguntado sobre si la falta de gestión única en un paraje en el que intervienen administraciones desde la autonómica hasta los tres ayuntamientos del entorno (Carucedo, Borrenes y Puente de Domingo Flórez) y varios colectivos ha podido lastrar también la gestión contra los incendios forestales, Javier Sánchez-Palencia lanza una reflexión más profunda: “Hay que dejar de considerar a Las Médulas como un producto. Es un recurso, tanto para la gente de la zona como para los que llegan de fuera. No es algo que haya que vender. Lo que pasa es que estamos metidos de lleno en esta corriente neoliberal asquerosa. La gente podría aprovechar la visita para adquirir conocimiento. Y sería una experiencia más rica que siendo un mero producto turístico, pero no se acaba de entender que se trata de un sitio único y singular”. ¿Podría ser este incendio un hito para cambiar la mentalidad? “Casi lo dudo”, contesta.
Hay que dejar de considerar a Las Médulas como un producto. Es un recurso, tanto para la gente de la zona como para los que llegan de fuera. No es algo que haya que vender. Lo que pasa es que estamos metidos de lleno en esta corriente neoliberal asquerosa
Y es que este arqueólogo insta también a aplicar una mirada global al paraje al reflexionar sobre el impacto de la quema de los históricos castaños, una seña de identidad del yacimiento junto a sus icónicos picachos rojizos. “Todo está unido. Las Médulas es un conjunto. Sin embargo, la gente está acostumbrada a disociar lo cultural de la naturaleza; o la biología de la arqueología”. Sánchez-Palencia abunda en esta línea al referirse al grupo interdisciplinar compuesto en 2023 para avalar la ampliación de la declaración como BIC (Bien de Interés Cultural) a los canales romanos en un entorno en el que entronca el patrimonio natural con la acción transformadora de la mano del hombre, la de aquellos romanos que hace 2.000 años aplicaron el sistema de ruina montium para explotar el oro y cambiar el paisaje: “La legislación tiene que adecuarse a la entidad de las cosas”, concluye.
“Los castaños son ya de introducción romana. Son tan romanos como la mina. Aunque fueran cultivados por gente de la zona”, apunta el arqueólogo para lamentar el impacto sobre estos ejemplares y suponer que la Unesco reaccionará ante las consecuencias de este dramático incendio. “No me extrañaría que intervenga”, sugiere antes de indicar que la organización tiene habilitada una “lista roja” a través de la cual insta a corregir errores en los parajes que cuentan con la declaración de Patrimonio de la Humanidad. “Y la administración responsable”, remacha, “debería darse cuenta de que tiene que tener un plan integral para dotar a la zona de medios técnicos y humanos”.
Contar con “suficientes medios técnicos y humanos” era una de las tres premisas fundamentales de aquel informe de la Unesco que también incidía en garantizar la circulación periférica y prestar servicios tanto a la población de la zona como a los visitantes hasta hacer del paraje “un recurso duradero y comunitario”, recuerda Sánchez-Palencia. “Que dure y que no sea solo para una legislatura”, añade antes de lanzar los dos últimos mensajes ante una recuperación que se antoja a muy largo plazo: uno a los vecinos para que “no se desanimen” y otro a la administración para que “aproveche para hacer tratamientos preventivos”.
Las Médulas, protagonistas estos días de la actualidad nacional, fueron muchas veces material informativo y promocional de Protagonistas, el emblemático programa radiofónico de Luis del Olmo, uno de los mayores embajadores del paraje. “Y verlas hoy en la televisión hechas polvo me ha roto el alma”, sentencia el periodista por teléfono.
Del Olmo, que se implicó más allá de sus recurrentes referencias en el micrófono hasta haber sido primero presidente y luego presidente de honor de la Fundación Las Médulas, reconoce el impacto emocional que le ha causado este incendio que ha afectado de lleno al antiguo yacimiento de oro romano, hoy Patrimonio de la Humanidad: “Es uno de los mayores dolores que he sufrido últimamente”.
El periodista berciano, uno de los grandes nombres de la historia de la radio en España, vivió también en primera persona la historia del éxito que supuso el nombramiento de la Unesco, una declaración que permitió dotar al espacio de infraestructuras turísticas que también han sido pasto de las llamas junto a varias casas y recursos naturales y patrimoniales. “Y esto (por el incendio) ha tirado abajo la mitad de aquella historia”.